'Sanos' en la Biblia
Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; mas le pagaréis la expiación de la culpa; y entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.
Sus hijos son sanos, crecen con el grano; salen y nunca más vuelven a ellas.
Mas oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Y le rogaban que solamente tocasen el borde de su manto; y todos los que tocaron, quedaron sanos.
De manera que se maravillaba la multitud, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos; y glorificaron al Dios de Israel.
Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que tienen mal. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a enmienda.
Y donde quiera que entraba, en aldeas, ó ciudades, ó heredades, ponían en las calles á los que estaban enfermos, y le rogaban que tocasen siquiera el borde de su vestido; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.
Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,
Que los viejos sean templados, venerables, prudentes, sanos en la fe, en la caridad, en la tolerancia.
Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos. Porque la oración eficaz del justo, es muy poderosa.