'Se' en la Biblia
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- 9.Números 16:15-Números 35:17
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- 24.2 Crónicas 25:16-Esdras 6:8
- 25.Esdras 6:9-Ester 2:22
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- 27.Job 14:12-Job 32:5
- 28.Job 32:16-Salmos 19:5
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- 33.Proverbios 19:25-Eclesiastés 2:25
- 34.Eclesiastés 3:9-Isaías 7:24
- 35.Isaías 7:25-Isaías 28:27
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- 39.Jeremías 22:4-Jeremías 44:10
- 40.Jeremías 44:21-Lamentaciones 3:32
- 41.Lamentaciones 3:63-Ezequiel 17:15
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- 58.Hechos 16:36-Hechos 28:17
- 59.Hechos 28:19-1 Corintios 10:25
- 60.1 Corintios 10:27-Efesios 3:7
- 61.Efesios 3:8-Hebreos 7:8
- 62.Hebreos 7:11-Apocalipsis 2:9
- 63.Apocalipsis 2:10-Apocalipsis 21:25
Y se fingió demente ante sus ojos y actuaba como loco en medio de ellos; escribía garabatos en las puertas de la entrada y dejaba que su saliva le corriera por la barba.
David se fue de allí y se refugió en la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre {lo} supieron, descendieron a él allá.
Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y había con él unos cuatrocientos hombres.
De allí fue David a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Permite que mi padre y mi madre vengan {y se queden} con vosotros hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí.
Los dejó, pues, con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio.
Y el profeta Gad dijo a David: No te quedes en el refugio; vete y entra en la tierra de Judá. Y David se fue y entró en el bosque de Haret.
Y le dijo Saúl: ¿Por qué tú y el hijo de Isaí habéis conspirado contra mí, dándole pan y una espada, y has consultado a Dios por él para que se rebelara contra mí, tendiéndome una emboscada como {sucede} hoy?
Respondió Ahimelec al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y se le honra en tu casa?
Entonces el rey dijo a Doeg: Vuélvete y ataca a los sacerdotes. Y Doeg edomita, se volvió y atacó a los sacerdotes, y mató aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían el efod de lino.
Entonces David dijo a Abiatar: Yo sabía aquel día, cuando Doeg edomita {estaba} allí, que de seguro se {lo} haría saber a Saúl. He causado {la muerte} de todas las personas en la casa de tu padre.
Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los filisteos; y él se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad. Así libró David a los habitantes de Keila.
Cuando se avisó a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado entrando en una ciudad con doble puerta y barras.
Se levantó, pues, David con sus hombres, como seiscientos, y salieron de Keila y anduvieron de un lugar a otro. Cuando a Saúl le informaron que David se había escapado de Keila, cesó de perseguirlo.
David se quedó en el desierto en los refugios, y permaneció en la región montañosa en el desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano.
Y se dio cuenta David que Saúl había salido para quitarle la vida; y David {se encontraba} en el desierto de Zif, en Hores.
Y Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue a {donde estaba} David en Hores, y le fortaleció en Dios.
Hicieron los dos un pacto delante del SEÑOR; y David permaneció en Hores mientras Jonatán se fue a su casa.
Mirad entonces, reconoced todos los escondites donde se oculta, regresad a mí cuando estéis seguros, y yo iré con vosotros; y sucederá que si estuviera en la tierra, he de hallarle entre todos los miles de Judá.
Ellos se levantaron y fueron a Zif delante de Saúl. Y David y sus hombres {estaban} en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.
Saúl iba por un lado del monte y David y sus hombres por el otro lado del monte; y David se apresuraba para huir de Saúl, pues Saúl y sus hombres estaban rodeando a David y a sus hombres para apresarlos.
Y los hombres de David le dijeron: Mira, {este es} el día del que te habló el SEÑOR: ``He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca." Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl.
David contuvo a sus hombres con {estas} palabras y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl se levantó, {salió} de la cueva, y siguió {su} camino.
Después {de esto} David se levantó, salió de la cueva y dio voces tras Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra y se postró.
He aquí, ahora sé que ciertamente serás rey, y que el reino de Israel será establecido en tu mano.
Y David se {lo} juró a Saúl. Y Saúl se fue a su casa, pero David y sus hombres subieron al refugio.
Murió Samuel, y se reunió todo Israel y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Después David se levantó y descendió al desierto de Parán.
El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer {era} inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre {era} áspero y malo en {sus} tratos, y {era} calebita.
Entonces los jóvenes de David se volvieron por su camino, y regresaron; y llegaron y le comunicaron todas estas palabras.
Y David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y cada hombre se ciñó su espada. David también se ciñó su espada, y unos cuatrocientos hombres subieron tras David, mientras que doscientos se quedaron con el bagaje.
Entonces Abigail se dio prisa y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientas tortas de higos, y {los} puso sobre asnos.
Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos.
Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este {hombre} tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien.
Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra.
Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable, y que escuches las palabras de tu sierva.
Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste.
Y ahora permite que este presente que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a mi señor.
Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva, porque el SEÑOR ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del SEÑOR, y el mal no se hallará en ti en todos tus días.
Y si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida, entonces la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR tu Dios; pero El lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda.
Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se quedó {como} muerto dentro de él, y se puso {como} una piedra.
Y ella se levantó y postrándose rostro en tierra, dijo: He aquí, vuestra sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señor.
Abigail se levantó apresuradamente, montó en un asno, y con sus cinco doncellas que la atendían siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.
Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, teniendo consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
David envió espías, y supo que Saúl en verdad se acercaba.
Se levantó David y vino al lugar donde Saúl había acampado. Y vio David el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, el comandante de su ejército; Saúl dormía en medio del campamento y el pueblo estaba acampado alrededor de él.
Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de {junto a} la cabecera de Saúl, y se fueron; pero nadie {lo} vio ni {lo} supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del SEÑOR había caído sobre ellos.
David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a {cierta} distancia, {con} un gran espacio entre ellos.
Y Saúl dijo a David: Bendito seas, David, hijo mío; ciertamente harás {grandes cosas} y prevalecerás. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.
Entonces David se dijo: Ahora bien, voy a perecer algún día por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir a la tierra de los filisteos. Saúl se cansará, {y no} me buscará más en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano.
Se levantó, pues, David y se pasó con los seiscientos hombres que {estaban} con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat.
Y subieron David y sus hombres e hicieron incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde tiempos antiguos, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto.
David atacaba el territorio, y no dejaba con vida hombre ni mujer, y se llevaba las ovejas, el ganado, los asnos, los camellos y la ropa. Entonces regresaba y venía a Aquis.
Aquis confiaba en David diciendo: En verdad que se ha hecho odioso a su pueblo Israel y será mi servidor para siempre.
Y se reunieron los filisteos y fueron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel y acamparon en Gilboa.
Al ver Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo y su corazón se turbó en gran manera.
Saúl se disfrazó poniéndose otras ropas y fue con dos hombres; llegaron a la mujer de noche, y él dijo: Te ruego que evoques por mí a un espíritu, y que hagas subir al que yo te diga.
Y él le dijo: ¿Qué forma tiene? Y ella dijo: Un anciano sube, y está envuelto en un manto. Y Saúl conoció que era Samuel, e inclinando su rostro a tierra, se postró ante él.
Entonces Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has perturbado haciéndome subir? Y Saúl respondió: Estoy en gran angustia, pues los filisteos hacen guerra contra mí; Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me reveles lo que debo hacer.
Y Samuel dijo: ¿Entonces, por qué me preguntas a mí, ya que el SEÑOR se ha apartado de ti y se ha hecho tu enemigo?
El SEÑOR ha hecho conforme a lo que dijo por medio de mí; y el SEÑOR ha arrancado el reino de tu mano, y se lo ha dado a tu prójimo, a David.
La mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba aterrorizado, le dijo: He aquí, tu sierva te ha obedecido y he puesto mi vida en peligro al oír las palabras que tú me hablaste.
Pero él rehusó, y dijo: No comeré. Sin embargo, sus siervos juntamente con la mujer le insistieron, y él los escuchó. Se levantó, pues, del suelo y se sentó en la cama.
La mujer tenía en casa un ternero engordado y se apresuró a matarlo; y tomando harina, la amasó y coció de ella pan sin levadura.
Y {lo} trajo delante de Saúl y de sus siervos, y comieron. Después se levantaron y se fueron aquella noche.
Entonces los jefes de los filisteos dijeron: ¿Qué {hacen aquí} estos hebreos? Y Aquis dijo a los jefes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl, rey de Israel, que ha estado conmigo estos días, o {más bien} estos años, y no he hallado falta en él desde el día en que se pasó {a mí} hasta hoy?
Pero los jefes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Haz volver a ese hombre y que se vuelva al lugar que le asignaste, y no le permitas que descienda a la batalla con nosotros, no sea que en la batalla se convierta en nuestro adversario. Pues, ¿con qué podría hacerse él aceptable a su señor? ¿No {sería} con las cabezas de estos hombres?
Respondió Aquis y dijo a David: Yo sé que eres grato a mis ojos como un ángel de Dios; sin embargo, los jefes de los filisteos han dicho: ``No debe subir con nosotros a la batalla."
David, pues, se levantó temprano, él y sus hombres, para salir por la mañana y regresar a la tierra de los filisteos. Y los filisteos subieron a Jezreel.
y se llevaron cautivas las mujeres {y a todos} los que {estaban} en ella, grandes y pequeños, sin dar muerte a nadie; se {los} llevaron y siguieron su camino.
Y David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba amargado, cada uno a causa de sus hijos y de sus hijas. Mas David se fortaleció en el SEÑOR su Dios.
Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que {estaban} con él, y llegaron hasta el torrente Besor, {donde} se quedaron algunos rezagados.
Pero David siguió adelante, él y cuatrocientos hombres, porque doscientos, que estaban demasiado fatigados para cruzar el torrente Besor, se quedaron {atrás.}
Y hallaron en el campo a un egipcio y se lo llevaron a David; le dieron pan y comió, y le dieron a beber agua.
{También} le dieron un pedazo de torta de higos y dos racimos de uvas pasas y comió, y su espíritu se reanimó; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
Cuando David llegó a {donde estaban} los doscientos hombres que, demasiado fatigados para seguir a David, se habían quedado en el torrente Besor, {éstos} salieron al encuentro de David y del pueblo que {estaba} con él, y David se acercó al pueblo y los saludó.
Entonces todos los hombres malvados e indignos de entre los que habían ido con David respondieron, y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos recuperado, sino a cada hombre su mujer y sus hijos, para que se {los} lleven y se vayan.
Entonces Saúl dijo a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me traspasen y hagan burla de mí. Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Por lo cual Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.
Al ver su escudero que Saúl había muerto, él también se echó sobre su espada y murió con él.
se levantaron todos los hombres valientes, y caminando toda la noche, tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán, y volviendo a Jabes, los quemaron allí.
Y al tercer día, he aquí, un hombre llegó del campamento de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza, y al llegar ante David, cayó en tierra y se postró.
Dijo David al joven que se lo había contado: ¿Cómo sabes que Saúl y su hijo Jonatán han muerto?
El joven que se lo había contado, dijo: Yo estaba por casualidad en el monte Gilboa, y he aquí, Saúl estaba apoyado sobre su lanza. Y he aquí que los carros y los jinetes lo perseguían de cerca.
Entonces él me dijo: ``Te ruego que te pongas junto a mí y me mates, pues la agonía se ha apoderado de mí, porque todavía estoy con vida."
Y se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del SEÑOR y {por} la casa de Israel, porque habían caído a espada.
Dijo David al joven que se lo había contado: ¿De dónde eres? Y él respondió: Soy hijo de un extranjero, un amalecita.
No {lo} anunciéis en Gat, no lo proclaméis en las calles de Ascalón; para que no se regocijen las hijas de los filisteos, para que no se alegren las hijas de los incircuncisos.
Y Joab, hijo de Sarvia, y los siervos de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se sentaron, unos a un lado del estanque y los otros al otro lado.
Entonces Abner dijo a Joab: Que se levanten ahora los jóvenes y compitan delante de nosotros. Y Joab respondió: Que se levanten.
Se levantaron y pasaron en igual número, doce por Benjamín e Is-boset, hijo de Saúl, y doce de los siervos de David.
Y persiguió Asael a Abner, y no se desvió ni a derecha ni a izquierda de {ir} tras Abner.
Pero él rehusó apartarse; por tanto, Abner lo hirió en el estómago con el regatón de la lanza, y la lanza le salió por la espalda; allí cayó, y allí mismo murió. Y sucedió que todos los que venían al lugar donde Asael había caído y muerto, se detenían.
Joab y Abisai persiguieron a Abner, y cuando el sol se ponía, llegaron a la colina de Amma, que está frente a Gía junto al camino del desierto de Gabaón.
Los hijos de Benjamín se agruparon detrás de Abner formando una sola banda, y se detuvieron en la cumbre de una colina.
Abner llamó a Joab, y dijo: ¿Devorará la espada para siempre? ¿No sabes que el final será amargo? ¿Hasta cuándo esperarás para decirles que se vuelvan de perseguir a sus hermanos?
Respondió Joab: Vive Dios, que si no hubieras hablado, ciertamente el pueblo {no} se hubiera ido hasta la mañana después de perseguir cada cual a su hermano.
Entonces Joab tocó la trompeta y todo el pueblo se detuvo; no persiguieron más a Israel ni continuaron peleando más.
Se llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, que {estaba} en Belén. Joab y sus hombres caminaron toda la noche hasta que les amaneció en Hebrón.
Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se iba debilitando.
Sucedió que durante la guerra que había entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se fortaleció en la casa de Saúl.
Entonces Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Acaso soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy he mostrado bondad hacia la casa de tu padre Saúl, hacia sus hermanos y hacia sus amigos, y no te he entregado en manos de David; sin embargo, tú me acusas hoy de una ofensa con esta mujer.
Pero su marido fue con ella, llorando mientras iba, y la siguió hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo: Ve, vuélvete. Y él se volvió.
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