'Vino' en la Biblia
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y dirás: ``Así dice el Señor DIOS: `Una gran águila de grandes alas, largos piñones y espeso plumaje de muchos colores, vino al Líbano y se llevó la cima del cedro;
Di ahora a la casa rebelde: `` ¿No sabéis lo que {significan} estas cosas?" Di: ``He aquí, el rey de Babilonia vino a Jerusalén, tomó a su rey y a sus príncipes y los llevó consigo a Babilonia.
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
En su mano derecha vino el vaticinio: Jerusalén. ¡A colocar arietes, a llamar a la matanza, a alzar la voz en grito de guerra, a poner arietes contra las puertas, a levantar terraplenes, a edificar muro de asedio!
Ellos descubrieron su desnudez, se llevaron a sus hijos y a sus hijas, y a ella la mataron a espada. Y vino a ser ejemplo para las mujeres, pues se ejecutaron juicios contra ella.
Y vino a mí la palabra del SEÑOR en el año noveno, el mes décimo, a los diez {días} del mes, diciendo:
Entonces les respondí: La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo:
Y sucedió que en el undécimo año, el día primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
`Damasco era tu cliente por la abundancia de tus productos, por la abundancia de toda riqueza, por el vino de Helbón y la lana blanca.
En el décimo año, el décimo {mes,} a los doce {días} del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
En el año veintisiete, el primer {mes,} el {día} primero del mes, vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y sucedió en el año once, el {mes} primero, el {día} siete del mes, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y sucedió en el undécimo año, el tercer {mes,} el {día} primero del mes, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y sucedió en el año duodécimo, el {mes} duodécimo, el {día} primero del mes, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y sucedió en el año duodécimo, el quince del mes, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
En el año duodécimo de nuestro destierro, a los cinco {días} del décimo mes, vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido tomada.
La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos.
En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez {días} del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.
Y tenía el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino a destruir la ciudad; y las visiones {eran} como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro.
`Ningún sacerdote beberá vino cuando entre al atrio interior.
En el año tercero del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió.
El rey les asignó una ración diaria de los manjares del rey y del vino que él bebía, y {mandó} que los educaran por tres años, al cabo de los cuales entrarían al servicio del rey.
Se propuso Daniel en su corazón no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino que él bebía, y pidió al jefe de los oficiales que {le permitiera} no contaminarse.
Así que el mayordomo siguió suprimiendo los manjares y el vino que debían beber, y les daba legumbres.
Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le conté el sueño, {diciendo:}
Aún {estaba} la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: ``Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado,
El rey Belsasar dio un gran banquete a mil de sus nobles, y en presencia de los mil se puso a beber vino.
Mientras saboreaba el vino, Belsasar ordenó traer los vasos de oro y plata que Nabucodonosor su padre había sacado del templo que {estaba} en Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y sus concubinas.
Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.
sino que te has ensalzado contra el Señor del cielo; y han traído delante de ti los vasos de su templo, y tú y tus nobles, tus mujeres y tus concubinas, habéis estado bebiendo vino en ellos y habéis alabado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden; pero al Dios que tiene en su mano tu propio aliento y es dueño de todos tus caminos, no has glorificado;
hasta que vino el Anciano de Días y se hizo justicia a favor de los santos del Altísimo, y llegó el tiempo cuando los santos tomaron posesión del reino.
No comí manjar delicado ni entró en mi boca carne ni vino, ni usé ungüento alguno, hasta que se cumplieron las tres semanas.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipes, vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia.
Palabra del SEÑOR que vino a Oseas, hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz {y} Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.
La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio.
En la fiesta de nuestro rey, los príncipes se enfermaron por el calor del vino; él extendió la mano a los escarnecedores,
No harán libaciones de vino al SEÑOR, ni le serán gratos sus sacrificios. {Su pan} les {será} como pan de duelo, todos los que lo coman se contaminarán, porque su pan será {sólo} para ellos, no entrará en la casa del SEÑOR.
Los que moran a su sombra, cultivarán de nuevo el trigo y florecerán como la vid. Su fama {será} como la del vino del Líbano.
Palabra del SEÑOR que vino a Joel, hijo de Petuel.
Despertad, borrachos, y llorad, y gemid todos los que bebéis vino, a causa del vino dulce que os es quitado de la boca.
También echaron suertes sobre mi pueblo, cambiaron un niño por una ramera, y vendieron una niña por vino para poder beber.
Y sucederá que en aquel día los montes destilarán vino dulce, las colinas manarán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; brotará un manantial de la casa del SEÑOR y regará el valle de Sitim.
sobre ropas empeñadas se tienden junto a cualquier altar, y el vino de los que han sido multados beben en la casa de su Dios.
Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas les ordenasteis, diciendo: No profeticéis.
Por tanto, ya que imponéis fuertes impuestos sobre el pobre y exigís de él tributo de grano, las casas de piedra labrada que habéis edificado, no las habitaréis; habéis plantado viñas escogidas, pero no beberéis su vino.
que beben vino en tazones {del altar} y se ungen con los óleos más finos, pero no se lamentan por la ruina de José,
He aquí, vienen días --declara el SEÑOR-- cuando el arador alcanzará al segador, y el que pisa la uva al que siembra la semilla; cuando destilarán vino dulce los montes, y todas las colinas se derretirán.
Restauraré el bienestar de mi pueblo Israel, y ellos reedificarán las ciudades asoladas y habitarán {en ellas}; también plantarán viñas y beberán su vino, y cultivarán huertos y comerán sus frutos.
Vino palabra del SEÑOR a Jonás, hijo de Amitai, diciendo:
Vino palabra del SEÑOR por segunda vez a Jonás, diciendo:
Palabra del SEÑOR que vino a Miqueas de Moréset en los días de Jotam, Acaz {y} Ezequías, reyes de Judá; lo que vio acerca de Samaria y Jerusalén.
Si un hombre, andando tras el viento y la falsedad, hablara mentiras, diciendo: ``Os hablaré del vino y del licor", {ése} sería el profeta para este pueblo.
Sembrarás, pero no segarás; pisarás la oliva, pero no te ungirás con aceite, y la uva, pero no beberás vino.
Además, el vino traiciona al hombre arrogante, de modo que no se queda en casa. Porque ensancha su garganta como el Seol, y es como la muerte, que nunca se sacia; reúne para sí todas las naciones, y recoge para sí todos los pueblos.
Palabra del SEÑOR que vino a Sofonías, hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en los días de Josías, hijo de Amón, rey de Judá:
Y sucederá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con lámparas, y castigaré a los hombres que reposan como el vino en sus heces, los que dicen en su corazón: ``Ni bien ni mal hará el SEÑOR."
Sus riquezas se convertirán en despojos, y sus casas en desolación; edificarán casas, mas no {las} habitarán, plantarán viñas, mas no beberán su vino.
El año segundo del rey Darío, en el mes sexto, el día primero del mes, vino la palabra del SEÑOR por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, diciendo:
Entonces vino la palabra del SEÑOR por medio del profeta Hageo, diciendo:
El {día} veintiuno del mes séptimo, vino la palabra del SEÑOR por medio del profeta Hageo, diciendo:
El día veinticuatro del {mes} noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Hageo, diciendo:
`Si alguno lleva carne consagrada en la falda de su vestidura, y toca con su falda pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier {otro} alimento, ¿quedará éste consagrado?'" Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No.
Y la palabra del SEÑOR vino por segunda vez a Hageo, el {día} veinticuatro del mes, diciendo:
El octavo mes del año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
El día veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, el año segundo de Darío, vino la palabra del SEÑOR al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
Y sucedió que en el año cuarto del rey Darío vino la palabra del SEÑOR a Zacarías el cuarto {día} del mes noveno, Quisleu.