'Vino' en la Biblia
Tu ombligo, {como} una taza redonda que nunca le falta vino mezclado; tu vientre como montón de trigo cercado de lirios.
y tu paladar como el mejor vino! Entra suavemente {el vino} en mi amado, {como} fluye por los labios de los que se duermen.
Te llevaría {y} te introduciría en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del zumo de mis granadas.
Tu plata se ha vuelto escoria, tu vino está mezclado con agua.
Porque diez yugadas de viña producirán {sólo} un bato {de vino}, y un homer de semilla producirá {sólo} un efa {de grano}.
¿Ay de los que se levantan muy de mañana para ir tras la bebida, de los que trasnochan para que el vino los encienda!
En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y vino, y no contemplan las obras del SEÑOR, ni ven la obra de sus manos.
¿Ay de los héroes para beber vino y valientes para mezclar bebidas,
El año en que murió el rey Acaz, vino esta profecía:
y se han retirado la alegría y el regocijo del campo fértil. En las viñas nadie canta de júbilo ni grita de alegría. No pisa vino en los lagares el pisador, {pues} he hecho cesar el clamor.
El año en que el comandante vino a Asdod, cuando Sargón, rey de Asiria, lo envió y peleó contra Asdod y la tomó,
Sin embargo hay gozo y alegría, matanza de bueyes y degüello de ovejas; comiendo carne y bebiendo vino, {dicen:} Comamos y bebamos, que mañana moriremos.
No beben vino con canción; el licor es amargo a los que lo beben.
Hay clamor por vino en las calles, toda alegría se convierte en tinieblas, desterrado está el júbilo de la tierra.
Y el SEÑOR de los ejércitos preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, un banquete de vino añejo, pedazos escogidos con tuétano, {y} vino añejo refinado.
Aquel día {se dirá:} Una viña de vino; de ella cantad.
¿Ay de la corona de arrogancia de los ebrios de Efraín, y de la flor marchita de su gloriosa hermosura, que está sobre la cabeza del valle fértil de los vencidos por el vino!
También estos se tambalean por el vino y dan traspiés por el licor: el sacerdote y el profeta por el licor se tambalean, están ofuscados por el vino, por el licor dan traspiés; vacilan en {sus} visiones, titubean {al pronunciar} juicio.
Deteneos y esperad, cegaos y sed ciegos. Se embriagan, pero no con vino; se tambalean, pero no con licor.
``Por el camino que vino, por él se volverá, y no entrará en esta ciudad" --declara el SEÑOR.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás."
Entonces la palabra del SEÑOR vino a Isaías, diciendo:
Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti? Y Ezequías respondió: Han venido a mí de un país lejano, de Babilonia.
Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
Por tanto, oye ahora esto, afligida, que estás ebria, mas no de vino:
Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno.
Venid --{dicen}-- busquemos vino y embriaguémonos de licor; y mañana será como hoy, sólo que mucho mejor.
Pero vosotros que abandonáis al SEÑOR, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y que preparáis vino mezclado para el Destino,
a quien vino la palabra del SEÑOR en los días de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, en el año trece de su reinado.
También vino {a él la palabra} en los días de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año once de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el destierro de Jerusalén en el mes quinto.
Vino entonces a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y yo respondí: Veo una vara de almendro.
Por segunda vez vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: ¿Qué ves tú? Y respondí: Veo una olla hirviendo que se vuelca desde el norte.
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo:
La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo:
Mi heredad vino a ser para mí como león en la selva; rugió contra mí; por tanto, la aborrecí.
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR por segunda vez, diciendo:
También les dirás esta palabra: ``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `Todo cántaro se llenará de vino.'" Y cuando ellos te digan: `` ¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro ha de llenarse de vino?",
Lo que vino como palabra del SEÑOR a Jeremías respecto a la sequía:
Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo:
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR cuando el rey Sedequías lo envió a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, diciendo:
En cuanto a los profetas: quebrantado está mi corazón dentro de mí, tiemblan todos mis huesos; estoy como un ebrio, como un hombre a quien domina el vino, por causa del SEÑOR y por causa de sus santas palabras.
Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá (éste {era} el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia),
Porque así me ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío.
Al comienzo del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del SEÑOR, diciendo:
Al principio del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de parte del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
Entonces vino a Jeremías la palabra del SEÑOR, después que Hananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, diciendo:
Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion, y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR: por el grano, por el vino y por el aceite, y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán.
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR en el año décimo de Sedequías, rey de Judá, que fue el año dieciocho de Nabucodonosor.
Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, al patio de la guardia conforme a la palabra del SEÑOR, y me dijo: ``Te ruego que compres el campo que tengo en Anatot, que está en la tierra de Benjamín, porque tú tienes el derecho de posesión y el rescate es tuyo; cómpralo para ti." Entonces supe que esta era la palabra del SEÑOR.
Vino la palabra del SEÑOR a Jeremías por segunda vez, mientras él estaba aún detenido en el patio de la guardia, diciendo:
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército y todos los reinos de la tierra que estaban bajo su dominio y todos los pueblos peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, diciendo:
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, después que el rey Sedequías había hecho un pacto con todo el pueblo que {había} en Jerusalén para proclamarles libertad:
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR en los días de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:
Ve a la casa de los recabitas, habla con ellos, llévalos a la casa del SEÑOR, a una de las cámaras, y dales a beber vino.
Entonces puse delante de los hombres de la casa de los recabitas jarras llenas de vino y tazas, y les dije: Bebed vino.
Mas ellos dijeron: No beberemos vino, porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, nos ordenó, diciendo: ``No beberéis vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos.
Y nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que él nos mandó de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas,
`Las palabras de Jonadab, hijo de Recab, que mandó a sus hijos de no beber vino, son guardadas. Por eso no beben {vino} hasta hoy, porque han obedecido el mandato de su padre. Pero yo os he hablado repetidas veces, con todo no me habéis escuchado.
Y sucedió que en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo:
Y en el año quinto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, en el mes noveno, proclamaron ayuno delante del SEÑOR a todo el pueblo en Jerusalén y a todo el pueblo que vino de las ciudades de Judá a Jerusalén.
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías, diciendo:
Entonces vino la palabra del SEÑOR al profeta Jeremías, diciendo:
Y aconteció que Jerusalén fue tomada en el año noveno de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes, cuando vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron.
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR después que Nabuzaradán, capitán de la guardia, lo había dejado libre en Ramá, cuando lo había tomado estando él encadenado entre todos los desterrados de Jerusalén y Judá que iban deportados a Babilonia.
Y he aquí, por mi parte, yo me quedaré en Mizpa para estar {en lugar vuestro} delante de los caldeos que vengan a nosotros; pero en cuanto a vosotros, recoged vino y frutos de verano y aceite, y guardad{los} en vuestras vasijas, y habitad en vuestras ciudades que habéis tomado.
Entonces todos los judíos regresaron de todos los lugares adonde habían sido dispersados, y vinieron a la tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa, y recogieron vino y frutos de verano en gran abundancia.
Y sucedió que al cabo de diez días, vino la palabra del SEÑOR a Jeremías.
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías en Tafnes, diciendo:
Palabra que vino a Jeremías para todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, los que moraban en Migdol, en Tafnes, en Menfis y en la tierra de Patros, diciendo:
Palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de las naciones.
Palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que Faraón conquistara Gaza.
y fueron quitados la alegría y el regocijo del campo fértil, de la tierra de Moab. He hecho que se acabe el vino de los lagares; nadie con gritos {los} pisará, {y si hay} gritos no {serán} gritos {de júbilo.}
Palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de Elam al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo:
Copa de oro {ha sido} Babilonia en la mano del SEÑOR, que embriagaba toda la tierra. De su vino bebieron las naciones; se enloquecieron, por tanto, las naciones.
Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez {días} del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de ella.
Y en el mes quinto, a los diez {días} del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio del rey de Babilonia.
Dicen a sus madres: ¿Dónde hay grano y vino?, mientras desfallecen como heridos en las plazas de la ciudad, mientras exhalan su espíritu en el regazo de sus madres.
la palabra del SEÑOR fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos junto al río Quebar; y allí vino sobre él la mano del SEÑOR.)
Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Allí vino sobre mí la mano del SEÑOR, y El me dijo: Levántate y ve a la llanura, y allí te hablaré.
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Y vino a mí la palabra del SEÑOR por la mañana, diciendo: