1 Juan 5:14

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme á su voluntad, él nos oye.

Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;

Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos: Tú empero oíste la voz de mis ruegos, cuando á ti clamaba.

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Haciendo venir delante de él el clamor del pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados.

Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.

Porque Jehová oye á los menesterosos, Y no menosprecia á sus prisioneros.

Lejos está Jehová de los impíos: Mas él oye la oración de los justos.

Entonces me invocaréis, é iréis y oraréis á mí, y yo os oiré:

Clama á mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Y sabemos que Dios no oye á los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, á éste oye.

Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.

Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho.

Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

En el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.

Mas Cristo como hijo, sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si hasta el cabo retuviéremos firme la confianza y la gloria de la esperanza.

Porque participantes de Cristo somos hechos, con tal que conservemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;

No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón:

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada.

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.

Y ahora, hijitos, perseverad en él; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido