Apocalipsis 18:14

Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado, y nunca más las hallarás.

Números 11:4

Y el vulgo que había en medio tuvo un vivo deseo, y volvieron, y aun lloraron los hijos de Israel, y dijeron: ­Quién nos diera á comer carne!

Números 11:34

Y llamó el nombre de aquel lugar Kibroth-hattaavah, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.

Salmos 78:18

Pues tentaron á Dios en su corazón, Pidiendo comida á su gusto.

Salmos 106:14

Y desearon con ansia en el desierto; Y tentaron á Dios en la soledad.

Lucas 12:20

Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?

Lucas 16:25

Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.

1 Corintios 10:6

Empero estas cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

Santiago 4:2

Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y gerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

1 Juan 2:16-17

Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

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