Colosenses 4:17

Y decid á Archîpo: Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor.

Levítico 10:3

Entonces dijo Moisés á Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En mis allegados me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.

Números 18:5

Y tendréis la guarda del santuario, y la guarda del altar, para que no sea más la ira sobre los hijos de Israel.

2 Crónicas 29:11

Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido á vosotros para que estéis delante de él, y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis perfume.

Ezequiel 44:23-24

Y enseñarán á mi pueblo á hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán á discernir entre lo limpio y lo no limpio.

Hechos 1:17

El cuál era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio.

Hechos 14:23

Y habiéndoles constituído ancianos en cada una de las iglesias, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en el cual habían creído.

Hechos 20:28

Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.

1 Corintios 4:1-2

TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.

Efesios 4:11

Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;

1 Timoteo 4:6

Si esto propusieres á los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.

1 Timoteo 4:14

No descuides el don que está en ti, que te es dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.

1 Timoteo 4:16

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren.

1 Timoteo 6:11-14

Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre.

1 Timoteo 6:20

Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia:

2 Timoteo 1:6

Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos.

2 Timoteo 2:2

Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros.

2 Timoteo 4:1-5

REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino.

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