Esdras 3:11

Y cantaban, alabando y confesando al SEÑOR, y decían: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo gritaba con gran grito, alabando al SEÑOR, porque la Casa del SEÑOR era acimentada.

1 Crónicas 16:34

Confesad al SEÑOR, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.

1 Crónicas 16:41

y con ellos a Hemán y a Jedutún, y los otros escogidos declarados por sus nombres, para confesar al SEÑOR, porque su misericordia es eterna.

2 Crónicas 7:3

Y cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre la Casa, cayeron en tierra en el solado sobre sus rostros, y adoraron, confesando al SEÑOR diciendo: Que es bueno, que su misericordia es para siempre.

Nehemías 12:24

Las cabezas de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos delante de ellos, para alabar y para rendir gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando su turno.

Salmos 107:1

Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Nehemías 12:40

Pararon luego los dos coros en la Casa de Dios; y yo, y la mitad de los magistrados conmigo;

Salmos 106:1

Alelu-JAH. Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Jeremías 33:11

voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad al SEÑOR de los ejércitos, porque el SEÑOR es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan sacrificio de alabanza a la Casa del SEÑOR. Porque tornaré a traer la cautividad de la tierra como al principio, dijo el SEÑOR.

Éxodo 15:21

Y María les respondía: Cantad al SEÑOR; porque en extremo se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo, y al que en él subía.

Josué 6:5

Y cuando tocaren prolongadamente el shofar de jubileo, así que oyereis la voz del shofar, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá debajo de sí; entonces el pueblo subirá cada uno en derecho hacia adelante.

Josué 6:10

Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis.

Josué 6:16

Y cuando los sacerdotes tocaron los shofarot la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque el SEÑOR os ha entregado la ciudad.

Salmos 24:7-10

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.

Salmos 47:1

Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo.

Salmos 47:5

Subió Dios con júbilo, el SEÑOR con voz de trompeta.

Salmos 102:13-14

Tú levantándote, tendrás misericordia de Sion; porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo es llegado.

Salmos 103:17

Mas la misericordia del SEÑOR desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Salmos 118:1

Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Salmos 135:3

Alabad a JAH, porque es bueno el SEÑOR; cantad salmos a su Nombre, porque es suave.

Salmos 136:1-26

Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Salmos 145:1-11

Alef Te ensalzaré, mi Dios, mi Rey; y bendeciré tu Nombre por el siglo y para siempre.

Isaías 6:3

Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.

Isaías 12:6

Regocíjate y canta, oh Moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Isaías 44:23

Cantad loores, oh cielos, porque el SEÑOR lo hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra. Prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está ; porque el SEÑOR redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.

Zacarías 9:9

Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí, tu Rey vendrá a ti, Justo y Salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.

Lucas 1:50

Y su misericordia de generación a generación a los que le temen.

Apocalipsis 21:10-14

Y me llevó en el espíritu a un gran y alto monte, y me mostró la gran Ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios,

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