Génesis 3:6

Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dió también á su marido, el cual comió así como ella.

1 Timoteo 2:14

Y Adam no fué engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino á ser envuelta en transgresión:

1 Juan 2:16

Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

Josué 7:21

Que vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un changote de oro de peso de cincuenta siclos; lo cual codicié, y tomé: y he aquí que está escondido debajo de tierra en el medio de mi tienda, y el dinero debajo de

Génesis 3:12

Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dió del árbol, y yo comí.

Génesis 3:17

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste á la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;

Oseas 6:7

Mas ellos, cual Adam, traspasaron el pacto: allí prevaricaron contra mí.

Romanos 5:12-19

De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.

Génesis 6:2

Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomáronse mujeres, escogiendo entre todas.

Génesis 39:7

Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.

Jueces 16:1-2

Y FUÉ Samsón á Gaza, y vió allí una mujer ramera, y entró á ella.

2 Samuel 11:2

Y acaeció que levantándose David de su cama á la hora de la tarde, paseábase por el terrado de la casa real, cuando vió desde el terrado una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa.

Job 31:1

HICE pacto con mis ojos: ¿Cómo pues había yo de pensar en virgen?

Ezequiel 24:16

Hijo del hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deseo de tus ojos: no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.

Ezequiel 24:21

Di á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Dios: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestra fortaleza, el deseo de vuestros ojos, y el regalo de vuestra alma: vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis, caerán á cuchillo.

Ezequiel 24:25

Y tú, hijo del hombre, el día que yo quitaré de ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deseo de sus ojos, y el cuidado de sus almas, sus hijos y sus hijas,

Mateo 5:28

Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Santiago 1:14-15

Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.

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