Génesis 44:18

Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay señor mío, te ruego que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.

Éxodo 32:22

Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces el pueblo, que es inclinado al mal.

Génesis 18:30

Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare; quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.

Génesis 41:40

Tú serás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú.

Génesis 18:32

Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.

Génesis 41:44

Y dijo Faraón a José: Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

2 Samuel 14:12

Y la mujer dijo: Te ruego que hable tu sierva una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.

Ester 1:12

Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey, enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió en él su ira.

Job 33:31

Escucha, Job, y óyeme; calla, y yo hablaré.

Salmos 79:5

¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?

Proverbios 19:12

Como el rugido de cachorro de león es la ira del rey; y su favor como el rocío sobre la hierba.

Daniel 3:15

Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento de música, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y quién será el Dios que os pueda librar de mis manos?

Daniel 3:19-23

Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac, y Abed-nego; por lo cual habló, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo que solían calentarlo.

Daniel 5:19

Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones, y lenguas, temblaban y temían delante de él. A quien quería, mataba, y a quien quería, dejaba con vida; a quien quería, engrandecía, y a quien quería, humillaba.

Juan 5:22

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo juicio encomendó al Hijo;

Hechos 2:29

Varones hermanos, permitidme hablaros libremente del patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)