Génesis 5:5

Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y treinta años, y murió.

Génesis 3:19

En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas á la tierra; porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás tornado.

Génesis 5:8

Y fueron todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió.

Génesis 5:11

Y fueron todos los días de Enós novecientos y cinco años; y murió.

2 Samuel 14:14

Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver á recogerse: ni Dios quita la vida, sino que arbitra medio para que su desviado no sea de él excluido.

1 Corintios 15:21-22

Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

Génesis 5:14-32

Y fueron todos los días de Cainán novecientos y diez años; y murió.

Deuteronomio 30:20

Que ames á Jehová tu Dios, que oigas su voz, y te allegues á él; porque él es tu vida, y la longitud de tus días; á fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.

Job 30:23

Porque yo conozco que me reduces á la muerte; Y á la casa determinada á todo viviente.

Salmos 49:7-10

Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar á Dios su rescate.

Salmos 89:48

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su vida del poder del sepulcro? (Selah.)

Salmos 90:10

Los días de nuestra edad son setenta años; Que si en los más robustos son ochenta años, Con todo su fortaleza es molestia y trabajo; Porque es cortado presto, y volamos.

Eclesiastés 9:5

Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.

Eclesiastés 9:8

En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.

Eclesiastés 12:5

Cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se agravará la langosta, y perderáse el apetito: porque el hombre va á la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza:

Eclesiastés 12:7

Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió.

Ezequiel 18:4

He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.

Romanos 5:12-14

De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.

Hebreos 9:27

Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;

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