Hebreos 13:6
De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.
Salmos 27:1-3
El SEÑOR es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?
Salmos 56:4
En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado, no temeré lo que la carne me hiciere.
Romanos 8:31
¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?
Hebreos 4:16
Lleguémonos pues confiadamente al trono de su gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para la ayuda oportuna.
Génesis 15:1
Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Éxodo 18:4
y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada del Faraón.
Deuteronomio 33:26
No hay otro como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda; en las nubes con su grandeza.
Deuteronomio 33:29
Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por el SEÑOR, escudo de tu socorro, y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán hallados mentirosos ante ti, y tú hollarás sobre sus alturas.
Salmos 18:1-2
Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.
Salmos 27:9
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Salmos 33:20
Nuestra alma esperó al SEÑOR; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Salmos 56:11-12
En Dios he confiado; no temeré lo que el hombre me pueda hacer.
Salmos 118:6-9
El SEÑOR está por mí; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Isaías 41:10
No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Mateo 10:28
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar; temed antes a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Lucas 12:4-5
Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer.
Salmos 40:17
Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Salmos 54:4
He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sustentan mi alma.
Salmos 63:7
Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Salmos 94:17
Si no me ayudara el SEÑOR, presto morará mi alma con los muertos.
Salmos 115:9-11
Oh Israel, confía en el SEÑOR; él es su ayuda y su escudo.
Salmos 124:8
Nuestro socorro es en el Nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.
Salmos 146:3
No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.
Isaías 41:14
No temas, gusano de Jacob, muertos de Israel; yo te socorreré, dice el SEÑOR, y tu Redentor el Santo de Israel.
Daniel 3:16-18
Sadrac, Mesac, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.
Efesios 3:12
en el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.
Hebreos 10:19
Así que, hermanos, teniendo atrevimiento para entrar en el Santuario por la sangre de Jesús el Cristo,
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido