Hechos 7:58

y echándolo fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo.

Hechos 22:20

y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía a su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.

Lucas 4:29

y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.

Hechos 8:1

Y Saulo consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una gran persecución en la Iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

Deuteronomio 17:7

La mano de los testigos será primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti.

Hechos 6:13

Y pusieron testigos falsos, que dijeran: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley;

Levítico 24:14-16

Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación.

Números 15:35

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo con piedras toda la congregación fuera del campamento.

Deuteronomio 13:9-10

antes tienes que matarlo; tu mano será primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

1 Reyes 21:13

Vinieron entonces los dos hombres, hijos de Belial, y se sentaron delante de él; aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo sacaron fuera de la ciudad, y lo apedrearon con piedras, y murió.

Hechos 22:4

Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles hombres y mujeres;

Juan 10:23-26

Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón.

Hechos 6:11

Entonces sobornaron a unos para que dijeran que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios.

Hechos 9:1-19

Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes,

Hebreos 13:12-13

Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta.

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