Isaías 1:5

¿Para qué os castigaré aún? Todavía os rebelaréis. Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.

Isaías 9:13

Mas el pueblo no se convirtió al que lo hería, ni buscaron al SEÑOR de los ejércitos.

Isaías 31:6

Convertíos a aquel contra quien os habéis profundamente rebelado, oh hijos de Israel.

Jeremías 5:3

Oh SEÑOR, ¿Por ventura no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir castigo; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.

2 Crónicas 28:22

Además el rey Acaz en el tiempo que aquel le apuraba, añadió prevaricación contra el SEÑOR;

Nehemías 9:34

y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos ni a tus testimonios con que les protestabas.

Isaías 1:23

Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

Isaías 9:21

Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto cesará su furor, antes todavía su mano está extendida.

Isaías 33:24

No dirá el morador: Estoy enfermo; el pueblo que morare en ella, será absuelto de iniquidad.

Jeremías 2:30

Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.

Jeremías 5:5

Iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocieron el camino del SEÑOR, el juicio de su Dios. Ciertamente ellos también quebrantaron el yugo, rompieron las coyundas.

Jeremías 5:31

los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues haréis a su fin?

Jeremías 6:28-30

Todos ellos príncipes rebeldes, andan con engaño; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.

Jeremías 9:3

E hicieron que su lengua, como su arco, tirara mentira; y no se fortalecieron por verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dijo el SEÑOR.

Ezequiel 24:13

En tu suciedad perversa padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu suciedad; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga descansar mi ira sobre ti.

Daniel 9:8-11

Oh SEÑOR, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes, y de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.

Sofonías 3:1-4

¡Ay de la ciudad ensuciada y contaminada y opresora!

Hebreos 12:5-8

y estáis ya olvidados de la consolación que como con hijos habla con vosotros, (diciendo): Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él redargüido;

Apocalipsis 16:8-11

Y el cuarto ángel derramó su copa contra el sol, y le fue dado que afligiera a los hombres con calor por fuego.

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