Isaías 5:4
¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
Mateo 23:37
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
2 Crónicas 36:14-16
Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en Jerusalén.
Isaías 1:5
¿Para qué habéis de ser castigados aún? Todavía os rebelaréis; Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
Jeremías 2:5
Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos?
Jeremías 2:30-31
Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.
Jeremías 6:29-30
Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; por demás fundió el fundidor, pues los malvados no han sido desarraigados.
Ezequiel 24:13
En tu suciedad perversa padecerás; porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu suciedad; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga que mi ira repose sobre ti.
Miqueas 6:3-4
Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí.
Hechos 7:51-60
Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido