Jeremías 2:13

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.

Salmos 36:9

Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.

Jeremías 17:13

¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mí se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron el manantial de aguas vivas, a Jehová.

Juan 4:14

pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Jueces 10:13

Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más.

1 Samuel 12:10

Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Pecamos, porque hemos dejado a Jehová, y hemos servido a los Baales y a Astarot; líbranos, pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.

Salmos 81:11-13

Mas mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí.

Salmos 115:4-8

Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres.

Salmos 146:3-4

No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

Eclesiastés 1:2

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Eclesiastés 1:14

Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 2:11

Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Eclesiastés 2:21

¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También esto es vanidad y mal grande.

Eclesiastés 2:26

Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 4:4

He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 12:8

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.

Isaías 1:3

El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.

Isaías 5:13

Por eso mi pueblo es llevado cautivo, porque no tiene conocimiento; y sus nobles perecen de hambre, y su multitud se seca de sed.

Isaías 44:9-20

Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos para su confusión son testigos, que ellos ni ven ni entienden.

Isaías 46:6-7

Sacan oro del talego, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran.

Isaías 55:2

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no satisface? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

Isaías 63:8

Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

Jeremías 1:16

Y a causa de toda su maldad, pronunciaré mis juicios contra ellos, quienes me dejaron, y quemaron incienso a dioses extraños, y adoraron la obra de sus propias manos.

Jeremías 2:11

¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.

Jeremías 2:17

¿No te acarreaste esto tú mismo, al haber dejado a Jehová tu Dios, cuando Él te guiaba por camino?

Jeremías 2:26

Como se avergüenza el ladrón cuando es tomado, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas;

Jeremías 2:31-32

¡Oh generación! atended vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo a Israel soledad, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos señores; nunca más vendremos a ti?

Jeremías 4:22

Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para mal hacer, pero hacer el bien no lo saben.

Jeremías 5:26

Porque fueron hallados en mi pueblo hombres impíos; acechan como quien pone lazos; ponen trampa para cazar hombres.

Jeremías 5:31

los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por su propia mano; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis al final de esto?

Jeremías 15:6

Tú me dejaste, dice Jehová, te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme.

Jeremías 18:14

¿Dejará el hombre la nieve del Líbano que viene de la roca del campo? ¿Podrán ser abandonadas las aguas frías que corren de lejanas tierras?

Miqueas 2:8

El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; tras las vestiduras quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como los que vuelven de la guerra.

Miqueas 6:3

Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí.

Juan 7:37

En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó su voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

2 Pedro 2:17

Éstos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tempestad; para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre.

Apocalipsis 21:6

Y me dijo: Hecho es. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.

Apocalipsis 22:1

Y me mostró un río puro de agua de vida, límpido como el cristal, que provenía del trono de Dios y del Cordero.

Apocalipsis 22:17

Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.

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Reina Valera Gómez (© 2010)