Oid atentamente mi palabra, Y sea esto vuestros consuelos.

Y como se lo dijesen á Jotham, fué y púsose en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y díjoles: Oidme, varones de Sichêm; que Dios os oiga.

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios.

¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?

Muchas veces he oído cosas como estas: Consoladores molestos sois todos vosotros.

¿Cuándo pondréis fin á las palabras? Entended, y después hablemos.

POR tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras.

Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré.

Oid, sabios, mis palabras; Y vosotros, doctos, estadme atentos.

¿Por qué gastáis el dinero no en pan, y vuestro trabajo no en hartura? Oidme atentamente, y comed del bien, y deleitaráse vuestra alma con grosura.

POR tanto, es menester que con más diligencia atendamos á las cosas que hemos oído, porque acaso no nos escurramos.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Public Domain

Todas Traducciones
Reina Valera 1909
Biblia del Jubileo 2000 (Grátis)
La Biblia de las Américas
La Nueva Biblia de los Hispanos
Spanish: Reina Valera Gómez
Spanish: Sagradas Escrituras 1569