Juan 8:59

Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se encubrió, y salió del templo atravesando por en medio de ellos, y así pasó.

Juan 11:8

Sus discípulos le dijeron: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?

Levítico 24:16

Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el nombre de Jehová, que muera.

Génesis 19:11

Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con ceguera; de modo que ellos se fatigaban buscando la puerta.

2 Reyes 6:18-20

Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.

Lucas 4:29-30

y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.

Lucas 24:31

Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; mas Él se desapareció de su vista.

Juan 5:13

Y el que había sido sanado no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar.

Juan 8:5-6

y en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales: ¿Tú, pues, qué dices?

Juan 10:30-33

Yo y mi Padre uno somos.

Juan 10:39-40

Y otra vez procuraron prenderle; pero Él se escapó de sus manos.

Juan 11:54

Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.

Juan 12:36

Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.

Juan 18:31

Entonces Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos es lícito dar muerte a nadie;

Hechos 7:57

Entonces dando grandes voces, y tapándose sus oídos, arremetieron a una contra él.

Hechos 8:39-40

Y cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y gozoso, siguió su camino.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)