Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer.

No temas delante de ellos, porque contigo soy para librarte, dice Jehová.

Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;

YO vine á mi huerto, oh hermana, esposa mía: Cogido he mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; Babed, amados, y embriagaos.

Su paladar, dulcísimo: y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalem.

Mas tú, Israel, siervo mío eres, tú, Jacob, á quien yo escogí, simiente de Abraham mi amigo.

Oidme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos.

Tú pues, ciñe tus lomos, y te levantarás, y les hablarás todo lo que te mandaré: no temas delante de ellos, porque no te haga yo quebrantar delante de ellos.

En lo que á mí toca, he aquí estoy en vuestras manos: haced de mí como mejor y más recto os pareciere.

Y tú, hijo del hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y tú moras con escorpiones: no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.

Sadrach, Mesach, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.

Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.

Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.

Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Y en nada intimidados de los que se oponen: que á ellos ciertamente es indicio de perdición, mas á vosotros de salud; y esto de Dios;

Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios.

No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

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