Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará á su pueblo de sus pecados.

¿Y de dónde esto á mí, que la madre de mi Señor venga á mí?

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.

Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo.

Y Jacob engendró á José, marido de María, de la cual nació Jesús, el cual es llamado el Cristo.

Y decían á la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo; éste es el Señor de todos.

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David;

Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

No será quitado el cetro de Judá, Y el legislador de entre sus piés, Hasta que venga Shiloh; Y á él se congregarán los pueblos.

Estarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová, y contra su ungido, diciendo:

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos

Entonces mandó á sus discípulos que á nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.

Y nos alzó un cuerno de salvación En la casa de David su siervo,

Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.

Y él les dijo: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?

Este halló primero á su hermano Simón, y díjole: Hemos hallado al Mesías (que declarado es, el Cristo).

Felipe halló á Natanael, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.

Decían entonces unos de los de Jerusalem: ¿No es éste al que buscan para matarlo?

Otros decían: Este es el Cristo. Algunos empero decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?

Dícele: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados.

Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.

El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el Señor, es del cielo.

Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito á la ley,

Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre.

Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo,

Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él:

Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

No defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios.

Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.

TODO aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios: y cualquiera que ama al que ha engendrado, ama también al que es nacido de él.

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