Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.

Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre guardaba aquellas palabras.

Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor era con él.

Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquís rey de Gat.

Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás.

¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes tropezarán en ellos.

Y todos estaban maravillados de la grandeza de Dios. Y admirándose todos de todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos:

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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