Oseas 4:8

Comen del pecado de mi pueblo, y en su maldad levantan su alma.

Isaías 56:11

Sí, ellos son perros comilones e insaciables; y son pastores que no pueden entender: todos ellos miran por sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.

Miqueas 3:11

Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

Levítico 6:26

El sacerdote que la ofreciere por expiación, la comerá: en el lugar santo será comida, en el atrio del tabernáculo de la congregación.

Levítico 7:6-7

Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en el lugar santo; es cosa muy santa.

1 Samuel 2:29

¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis presentes, que yo mandé ofrecer en mi tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?

Salmos 24:4

El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño.

Salmos 25:1

«Salmo de David» A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.

Ezequiel 14:3

Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro; ¿acaso he de ser yo en manera alguna consultado por ellos?

Ezequiel 14:7

Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo:

Malaquías 1:10

¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.

Romanos 16:18

Porque los tales, no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres; y con palabras suaves y lisonjas engañan los corazones de los simples.

Tito 1:11

a los cuales es preciso tapar la boca, que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.

2 Pedro 2:3

y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)