Romanos 6:12

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que lo obedezcáis en sus concupiscencias;

Salmos 19:13

Detén asimismo a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré perfecto, y estaré limpio de gran rebelión.

Salmos 119:133

Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

Romanos 6:16

¿O no sabéis que a quien os presentáis a vosotros mismos como siervos para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

Romanos 2:8

Mas a los que son contenciosos, y que no obedecen a la verdad, antes son persuadidos a la injusticia: enojo e ira.

Números 33:55

Y si no echareis a los moradores de la tierra de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos, y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

Deuteronomio 7:2

y el SEÑOR tu Dios las hubiere entregado delante de ti, y las hirieres, del todo las destruirás; no harás con ellos alianza, ni las tomarás a merced.

Josué 23:12-13

Porque si os apartaréis, y os adherís a lo que resta de aquellos gentiles que han quedado con vosotros, y si contraéis con ellos matrimonios, y entrareis a ellas, y ellas a vosotros;

Jueces 2:3

Por tanto yo también dije: No los echaré de delante de vosotros, sino que os serán por azote para vuestros costados, y sus dioses por tropezadero.

Romanos 5:21

para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesús, el Cristo, Señor nuestro.

Romanos 6:14

Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Romanos 7:23-24

mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Romanos 8:11

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Jesús, el Cristo de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Romanos 8:13

porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu mortificáis las obras del cuerpo, viviréis.

Romanos 13:14

mas vestíos del Señor Jesús, el Cristo; y no hagáis caso de la carne en sus deseos.

1 Corintios 15:53-54

Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.

2 Corintios 4:11

Porque nosotros que vivimos, siempre somos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal.

2 Corintios 5:4

Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo, gemimos cargados; porque no queremos ser desnudados; antes sobrevestidos, consumiendo la vida a lo que es mortal.

Gálatas 5:16

Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

Gálatas 5:24

Porque los que son del Cristo, han colgado en el madero a la carne con sus afectos y concupiscencias.

Efesios 2:3

entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.

Efesios 4:22

a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error;

1 Tesalonicenses 4:5

no con afecto de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios:

2 Timoteo 2:22

Huye también de los deseos juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Señor de limpio corazón.

Tito 2:12

Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, justa, y píamente,

Tito 3:3

Porque también éramos nosotros locos en otro tiempo, rebeldes, errados, sirviendo a las concupiscencias y los deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciéndonos los unos a los otros.

Santiago 1:14-15

pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.

Santiago 4:1-3

¿De dónde vienen las guerras, y los pleitos entre vosotros? De aquí, es decir de vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.

1 Pedro 1:14

como hijos obedientes, no confor-mándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;

1 Pedro 2:11

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

1 Pedro 4:2-3

para que ya el tiempo que queda en la carne, viva, no a las concupiscencias de los hombres, sino a la voluntad de Dios.

1 Juan 2:15-17

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.

Judas 1:16

Estos son murmuradores, quere-llosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.

Judas 1:18

como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.

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