Salmos 22:11

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.

Salmos 72:12

Porque él librará al menesteroso que clamare, y al pobre que no tuviere quién le socorra.

Salmos 10:1

¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?

Salmos 71:12

Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto a mi socorro.

Deuteronomio 32:36

Porque el SEÑOR juzgará a su pueblo, y se arrepentirá él mismo por sus siervos, cuando viere que su fuerza pereció sin quedar nadie guardado ni quedado.

2 Reyes 14:26

Por cuanto el SEÑOR miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había nadie guardado ni quedado, ni quien diese ayuda a Israel;

Salmos 13:1-3

Al Vencedor: Salmo de David. ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

Salmos 35:22

Tú lo has visto, oh SEÑOR; no calles: Señor, de mí no te alejes.

Salmos 38:21

No me desampares, oh SEÑOR; Dios mío, no te alejes de mí.

Salmos 69:1-2

Al Vencedor: sobre Sosanim: Salmo de David. Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.

Salmos 69:18

Acércate a mi alma, redímela; líbrame a causa de mis enemigos.

Salmos 142:4-6

Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociese; no tuve refugio, no había quién volviese por mi vida.

Isaías 63:5

Miré, pues, y no había quien ayudase, y abominé que no hubiese quien me sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

Mateo 26:56

Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole.

Mateo 26:72

Y negó otra vez con juramento: No conozco al hombre.

Mateo 26:74

Entonces comenzó a imprecarse, y a jurar, diciendo : No conozco al hombre. Y un gallo cantó luego.

Juan 16:32

He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Hebreos 5:7

El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)