Salmos 30:7

porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.

Salmos 104:29

Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo.

Deuteronomio 31:17

Y mi furor se encenderá contra ellos en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro y serán consumidos; y muchos males y angustias vendrán sobre ellos, y dirán en aquel día: ¿No nos han venido estos males porque no está nuestro Dios en medio de nosotros?

Salmos 143:7

Respóndeme pronto, oh Jehová porque mi espíritu desfallece; no escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la fosa.

1 Crónicas 17:26-27

Ahora pues, Jehová, tú eres Dios, y has prometido a tu siervo este bien;

Job 10:12

Vida y misericordia me concediste, y tu cuidado guardó mi espíritu.

Job 30:26-31

Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; y cuando esperaba luz, la oscuridad vino.

Salmos 5:12

Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; lo rodearás de benevolencia como con un escudo.

Salmos 10:1

¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?

Salmos 13:1-2

«Al Músico principal: Salmo de David» ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

Salmos 18:35-36

Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.

Salmos 30:5

Porque un momento durará su furor; mas en su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría.

Salmos 40:2

Y me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Salmos 44:3

Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.

Salmos 89:17

Porque tú eres la gloria de su fortaleza; y por tu buena voluntad exaltarás nuestro cuerno.

Salmos 102:10

a causa de tu enojo y de tu ira; pues me alzaste, y me has arrojado.

Isaías 38:17

He aquí amargura grande me sobrevino en la paz; pero por amor a mi alma tú la libraste del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)