Salmos 33:16

El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza.

Éxodo 14:17-18

Y yo, he aquí yo endureceré el corazón de los egipcios, para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón, y en todo su ejército, y en sus carros, y en su caballería;

Éxodo 14:28

Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.

Josué 11:4-8

Éstos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar, con muchísimos caballos y carros.

Josué 14:12

Dame, pues, ahora esta montaña, de la cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que las ciudades son grandes y fortificadas. Quizá Jehová será conmigo, y los echaré como Jehová ha dicho.

Jueces 7:2

Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo dé a los madianitas en su mano; no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

Jueces 7:12-25

Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud.

1 Samuel 14:8-16

Y Jonatán dijo: He aquí, nosotros pasaremos a esos hombres, y nos mostraremos a ellos.

1 Samuel 17:4

Salió entonces del campamento de los filisteos un adalid, que se llamaba Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.

1 Samuel 17:45-49

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.

2 Samuel 21:16-22

E Isbibenob, que era de los hijos del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido de una espada nueva, trató de matar a David;

1 Reyes 20:10

Y Benadad envió a decirle: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.

1 Reyes 20:27-29

Y los hijos de Israel fueron también inspeccionados, y tomando provisiones vinieron a encontrarles; y acamparon los hijos de Israel delante de ellos, como dos rebañuelos de cabras; y los sirios llenaban la tierra.

2 Crónicas 14:9-13

Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de mil millares, y trescientos carros; y vino hasta Maresa.

2 Crónicas 20:12

¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer, mas a ti volvemos nuestros ojos.

2 Crónicas 20:23

Pues los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y como hubieron acabado a los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

2 Crónicas 32:8-9

Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

2 Crónicas 32:21

Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Se volvió por tanto con vergüenza de rostro a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada los que habían salido de sus entrañas.

Salmos 44:3

Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.

Salmos 44:6-7

Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará.

Jeremías 9:23

Así dice Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en su riqueza.

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Reina Valera Gómez (© 2010)