1 «Al Músico principal: Cántico: Salmo» Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra: 2 Cantad la gloria de su nombre; haced gloriosa su alabanza. 3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos. 4 Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu nombre. (Selah)
5 Venid, y ved las obras de Dios, temible en sus hechos para con los hijos de los hombres. 6 Volvió el mar en tierra seca; por el río pasaron a pie; allí en Él nos alegramos. 7 Él señorea con su poder para siempre; sus ojos atalayan sobre las naciones; los rebeldes no serán exaltados. (Selah) 8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza. 9 Él es quien preserva nuestra alma en vida, y no permite que nuestros pies resbalen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios: nos refinaste como se refina la plata. 11 Nos metiste en la red; pusiste aflicción en nuestros lomos. 12 Hombres hiciste cabalgar sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a un lugar de abundancia.
13 Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos 14 que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando angustiado estaba. 15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados, con perfume de carneros: Sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah)
16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que Él ha hecho a mi alma. 17 A Él clamé con mi boca, y exaltado fue con mi lengua. 18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. 19 Mas ciertamente me oyó Dios; atendió a la voz de mi súplica. 20 Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Reina Valera Gómez (© 2010)