Santiago 5:9
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados. He aquí, el juez está delante de la puerta.
Mateo 24:33
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas.
1 Corintios 4:5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
Santiago 4:11
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros; el que murmura del hermano, y juzga a su hermano, este tal murmura de la Ley, y juzga a la Ley; y si tú juzgas a la Ley, no eres guardador de la Ley, sino juez.
Levítico 19:18
No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo; mas amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el SEÑOR.
1 Pedro 4:5
los cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Génesis 4:7
Cierto que si bien hicieres, será acepto; y si no hicieres bien, a las puertas duerme el pecado, y a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
Salmos 59:15
Anden ellos errantes para hallar qué comer; y si no se saciaren, murmuren.
Mateo 6:14-15
Porque si soltareis a los hombres sus ofensas, os soltará también a vosotros vuestro Padre celestial.
Mateo 7:1-2
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Marcos 6:19
Mas Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía;
Marcos 13:29
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
1 Corintios 10:11
Y estas cosas les acontecieron como figura; y son escritas para nuestra amonestación, en quien los fines de los siglos ha parado.
2 Corintios 9:7
Cada uno como propuso en su corazón (haga): no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama al dador alegre.
Gálatas 5:14
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amaras a tu projimo como a ti mismo.
Gálatas 5:26
No seamos codiciosos de vana gloria, irritándose los unos a los otros, envidiándose los unos a los otros.
1 Pedro 4:9
Hospedaos amorosamente los unos a los otros sin murmuraciones.
Apocalipsis 3:20
He aquí, que yo estoy parado a la puerta y llamo; si alguno oyere mi voz, y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido