Y salió Dina, la hija de Lea, a quien ésta había dado a luz a Jacob, a visitar a las hijas de la tierra.

Y cuando la vio Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de la tierra, se la llevó y se acostó con ella y la violó.

Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: Me habéis traído dificultades, haciéndome odioso entre los habitantes del país, entre los cananeos y los ferezeos; y como mis hombres son pocos, ellos se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.

Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban {con más} dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque {Siquem} había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse.

Pero ellos dijeron: ¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una ramera?

Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salían por la puerta de la ciudad.

Y él se prendó de Dina, hija de Jacob, y amó a la joven y le habló tiernamente.

Y les dijeron: No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra.

Pedidme cuanta dote y presentes {queráis} y os daré conforme a lo que me digáis, pero dadme a la joven por mujer.

Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y {les} hablaron con engaño porque {Siquem} había deshonrado a su hermana Dina.

Y mataron a Hamor y a su hijo Siquem a filo de espada, y tomaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron.

Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:

{Después} los hijos de Jacob vinieron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque ellos habían deshonrado a su hermana.

Pero Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem anhela a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.

Así moraréis con nosotros, y la tierra estará a vuestra disposición. Habitad y comerciad y adquirid propiedades en ella.

Entonces Hamor, padre de Siquem, salió a {donde} Jacob para hablar con él.

El joven, pues, no tardó en hacerlo porque estaba enamorado de la hija de Jacob. Y él era el más respetado de toda la casa de su padre.

Sólo con esta {condición} os complaceremos: si os hacéis como nosotros, circuncidándose cada uno de vuestros varones;

Dijo también Siquem al padre y a los hermanos de ella: Si hallo gracia ante vuestros ojos, os daré lo que me digáis.

Y Jacob oyó que {Siquem} había deshonrado a su hija Dina, pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó silencio hasta que ellos llegaran.

y se llevaron cautivos a todos sus pequeños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que {había} en las casas.

Entonces Siquem habló a su padre Hamor, diciendo: Consígueme a esta muchacha por mujer.

Estos hombres están en paz con nosotros; dejadles, pues, morar en la tierra y comerciar en ella, porque ved, la tierra es bastante amplia para ellos. Tomemos para nosotros a sus hijas por mujeres y démosles nuestras hijas.

Y se llevaron sus ovejas, sus vacas y sus asnos, y lo que {había} en la ciudad y lo que {había} en el campo;

¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros.

Y sus palabras parecieron razonables a Hamor y a Siquem, hijo de Hamor.

Enlazaos con nosotros en matrimonios; dadnos vuestras hijas y tomad las nuestras para vosotros.

Pero si no nos escucháis, y {no} os circuncidáis, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.

{Mas} sólo con esta {condición} consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados.

entonces {sí} os daremos nuestras hijas, y tomaremos vuestras hijas para nosotros, y moraremos con vosotros y seremos un solo pueblo.