Y Jacob habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Canaán.

Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.

Pasaron entonces unos mercaderes madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los ismaelitas por veinte {piezas} de plata. Y {éstos} llevaron a José a Egipto.

Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos y miraron, he aquí, una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, que iban bajando hacia Egipto.

Y José tuvo un sueño y cuando lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más.

Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.

Esta {es la historia de} las generaciones de Jacob: José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven {estaba} con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos.

Después sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Siquem.

Mientras tanto, los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

Y se dijeron unos a otros: Aquí viene el soñador.

Y todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: Ciertamente enlutado bajaré al Seol por causa de mi hijo. Y su padre lloró por él.

Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo.

Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; {por eso} lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.

Y sucedió que cuando José llegó a sus hermanos, despojaron a José de su túnica, la túnica de muchos colores que llevaba puesta;

Y Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días.

Y Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?

He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.

Entonces tomaron la túnica de José y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre;

Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos {le} hicieron caso.

Cuando Rubén volvió al pozo, he aquí, José no estaba en el pozo; entonces rasgó sus vestidos.

Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: ``Una fiera lo devoró." Entonces veremos en qué quedan sus sueños.

Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. {Esto dijo} para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.

Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo {les} oí decir: ``Vamos a Dotán." Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán.

y lo tomaron y lo echaron en el pozo. Y el pozo estaba vacío, no había agua en él.

Pero Rubén oyó {esto} y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.

E Israel dijo a José: ¿No están tus hermanos apacentando {el rebaño} en Siquem? Ven y te enviaré a ellos. Y él le dijo: Iré.

Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho.

Y sus hermanos le dijeron: ¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros? Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras.

Entonces {Israel} le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias {de ellos.} Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y {José} fue a Siquem.

El la examinó, y dijo: Es la túnica de mi hijo. Una fiera lo ha devorado; sin duda José ha sido despedazado.

Y él {lo} contó a su padre y a sus hermanos; y su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti?

Y él les dijo: Os ruego que escuchéis este sueño que he tenido.

y enviaron la túnica de muchos colores y la llevaron a su padre, y dijeron: Encontramos esto; te rogamos que {lo} examines para {ver} si es la túnica de tu hijo o no.

Y estando él dando vueltas por el campo, un hombre lo encontró, y el hombre le preguntó, diciendo: ¿Qué buscas?

Y volvió a sus hermanos y {les} dijo: El muchacho no está {allí}; y yo, ¿adónde iré?

Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me informes dónde están apacentando {el rebaño.}