En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.

El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo.

Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz,

Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.

Después de esto Jesús lo halló* en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.

Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús, sigilosamente, se había apartado de la multitud que estaba en {aquel} lugar.

Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo: ``Toma tu camilla y anda."

porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera.

En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua;

Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis.

Le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: ``Toma {tu camilla} y anda"?

Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo,

Pero El les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo.

A causa de esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo.

Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere.

Cuando Jesús lo vio acostado {allí} y supo que ya llevaba mucho tiempo {en aquella condición,} le dijo*: ¿Quieres ser sano?

Y hay en Jerusalén, junto a la {puerta} de las ovejas, un estanque que en hebreo se llama Betesda y que tiene cinco pórticos.

En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.

Por eso los judíos decían al que fue sanado: Es día de reposo, y no te es permitido cargar tu camilla.

y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.

Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo;

para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis.

y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Jesús le dijo*: Levántate, toma tu camilla y anda.

Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.

Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y echó a andar. Y aquel día era día de reposo.

Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia.

El hombre se fue, y dijo a los judíos que Jesús era el que lo había sanado.

pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros.

Si yo {solo} doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.

¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

Pero el testimonio que yo tengo es mayor que {el de} Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.

Y su palabra no la tenéis morando en vosotros, porque no creéis en aquel que El envió.

El era la lámpara que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.

y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es {el} Hijo del Hombre.

No penséis que yo os acusaré delante del Padre; el que os acusa es Moisés, en quien vosotros habéis puesto vuestra esperanza.

Vosotros habéis enviado {a preguntar} a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.

No recibo gloria de los hombres;

Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que el testimonio que da de mí es verdadero.

Pero el testimonio que yo recibo no es de hombre; mas digo esto para que vosotros seáis salvos.

Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?