Enseguida hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.

Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes {lo} supieron, le siguieron a pie desde las ciudades.

Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos.

Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas.

Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer.

Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin {contar} las mujeres y los niños.

Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.

El {les} dijo: Traédmelos acá.

Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.

Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame!

Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.

Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.

Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo {los alimentos}, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud.

Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas.

Pero la barca estaba ya a muchos estadios de tierra, {y} era azotada por las olas, porque el viento era contrario.

Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

Los discípulos de Juan llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó.

Por aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,

Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe;

Y a la cuarta vigilia de la noche, {Jesús} vino a ellos andando sobre el mar.

Y al desembarcar, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos.

Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

Terminada la travesía, bajaron a tierra en Genesaret.

Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó ante {ellos} y agradó a Herodes.

y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él.

Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que {lo} tocaban quedaban curados.

Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta.

Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera.

porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.

y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus juramentos y de sus invitados, ordenó que se {la} dieran;

Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella {se la} llevó a su madre.

Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron {a decirlo} por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían {algún} mal.