22 Versículos de la Biblia sobre Asaltando Casas
Versículos Más Relevantes
Entonces el hombre vino á casa, y Labán desató los camellos; y dióles paja y forraje, y agua para lavar los piés de él, y los piés de los hombres que con él venían.
Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí en casa.
Entonces entró espíritu en mí, y afirmóme sobre mis pies, y hablóme, y díjome: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, y se fué, y vino á Thirsa: y entrando ella por el umbral de la casa, el mozo murió.
Y entrando en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones, oro, é incienso y mirra.
Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
Y le rogó uno de los Fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del Fariseo, sentóse á la mesa.
Y llegado á la casa, vinieron á él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor.
Entonces, despedidas las gentes, Jesús se vino á casa; y llegándose á él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola.
Y levantándose de allí, se fué á los términos de Tiro y de Sidón; y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese; mas no pudo esconderse.
Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
Y entrado en casa, no dejó entrar á nadie consigo, sino á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y al padre y á la madre de la moza.
Y hacían burla de él: mas él, echados fuera todos, toma al padre y á la madre de la muchacha, y á los que estaban con él, y entra donde la muchacha estaba.
El dice: Sí. Y entrando él en casa, Jesús le habló antes, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quién cobran los tributos ó el censo? ¿de sus hijos ó de los extraños?
Y les decía: Donde quiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
En cualquiera casa donde entrareis, primeramente decid: Paz sea á esta casa.
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle hasta la casa donde entrare,