102 Versículos de la Biblia sobre Cristo, nombres para
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Así también está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el postrer Adam en espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el Señor, es del cielo.
HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo;
Y tienen sobre sí por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon.
Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente.
En toda angustia de ellos él fué angustiado, y el ángel de su faz los salvó: en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días del siglo.
Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.
Estarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová, y contra su ungido, diciendo:
POR tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al Apóstol y Pontífice de nuestra profesión, Cristo Jesús;
Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó á Rahab, y el que hirió al dragón?
Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios.
Y vinieron apriesa, y hallaron á María, y á José, y al niño acostado en el pesebre.
Y acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón á los pueblos, será buscada de las gentes; y su holganza será gloria.
Y díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.
He aquí mi siervo, al cual he escogido; Mi Amado, en el cual se agrada mi alma: Pondré mi Espíritu sobre él Y á los Gentiles anunciará juicio.
Y hubo una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tomo contentamiento.
Escucha pues ahora, Josué gran sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos: He aquí, yo traigo á mi siervo, el Pimpollo.
He aquí que vienen los días, dice Jehová, y despertaré á David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
En aquellos días y en aquel tiempo haré producir á David Pimpollo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.
Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendí del cielo.
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana.
Porque convenía que aquel por cuya causa son todas las cosas, y por el cual todas las cosas subsisten, habiendo de llevar á la gloria á muchos hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos.
¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban en él.
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?
La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido á ser cabeza del ángulo.
¿Ni aun esta Escritura habéis leído: La piedra que desecharon los que edificaban, Esta es puesta por cabeza de esquina;
Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
Y vino por Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el templo, para hacer por él conforme á la costumbre de la ley.
Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa,
Este halló primero á su hermano Simón, y díjole: Hemos hallado al Mesías (que declarado es, el Cristo).
Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo.
Y comenzaron á acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte la nación, y que veda dar tributo á César, diciendo que él es el Cristo, el rey.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Simón Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos: sálvese á sí, si éste es el Mesías, el escogido de Dios.
Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios.
Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió á preguntar, y le dice: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él.
Yo Jehová te he llamado en justicia, y te tendré por la mano; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, por luz de las gentes;
Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó de lo alto el Oriente,
Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones:
Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente:
Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad;
Y haré temblar á todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos.
En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura á las reliquias de su pueblo;
DE cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador.
Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea.
Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre,
Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable: el que creyere, no se apresure.
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.
Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado.
El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura.
Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos;
Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.
Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador;
He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.
Y saliendo él para ir su camino, vino uno corriendo, é hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.
Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno,
Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo;
Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:
Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.
Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas á la iglesia,
En estos porstreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo:
Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿has venido á destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
¿A quién injuriaste y á quién blasfemaste? ¿contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel.
Porque verdaderamente se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel,
A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria:
Pues que os celo con celo de Dios; porque os he desposado á un marido, para presentaros como una virgen pura á Cristo.
Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel.
El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro,
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fué varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
Y el mismo Jesús comenzaba á ser como de treinta años, hijo de José, como se creía; que fué hijo de Elí,
REUNETE ahora en bandas, oh hija de bandas: nos han sitiado: con vara herirán sobre la quijada al juez de Israel.
Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
Y estando él sentado en el tribunal, su mujer envió á él, diciendo: No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él.