Y he aquí, uno llegándose le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?

Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábado, ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla? Mas ellos callaban.

Entonces Jesús les dice: Os preguntaré un cosa: ¿Es lícito en sábados hacer bien, ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla?

Que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas á mí no siempre me tendréis.

Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida.

Sino de buenas obras, como conviene á mujeres que profesan piedad.

Que tenga testimonio en buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido á los afligidos; si ha seguido toda buena obra.

Mas la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia.

Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación.

A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, la vida eterna.

Mas gloria y honra y paz á cualquiera que obra el bien, al Judío primeramente, y también al Griego.

Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Como Sara obedecía á Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor.

Porque mejor es que padezcáis haciendo bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo mal.

Ahora pues, hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, ¿qué os aprovecharé, si no os hablare, ó con revelación, ó con ciencia, ó con profecía, ó con doctrina?

(Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad;)