44 Versículo de la Biblia sobre la raza
Versículos Más Relevantes
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas sólo uno se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
He peleado la buena batalla, he acabado mi carrera, he guardado la fe.
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene; y ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible; pero nosotros, una incorruptible.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz te escondiste, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Y éste, como un novio que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de su habitación;
No que lo haya ya alcanzado, ni que ya sea perfecto, mas prosigo para ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
Y aun también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
sino que sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo venga a ser reprobado.
reteniendo la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.
Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para que no obedezcáis a la verdad?
Y subí por revelación, y les comuniqué el evangelio que predico entre los gentiles, pero en particular a los que tenían cierta reputación, para no correr, o haber corrido en vano.
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
Me volví, y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos;
Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.
Y un bastardo habitará en Asdod, y yo cortaré la soberbia de los filisteos;
sino que en toda nación, del que le teme y hace justicia, Él se agrada.
Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne,
Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
misterio que en otras edades no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y cierto judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras, vino a Éfeso.
Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.
porque la paciencia os es necesaria; para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante,
Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos han perseguido; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres;
regocijándome en la parte habitable de su tierra; teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.
Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y el linaje de José fue dado a conocer a Faraón.
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.
Mirad por vosotros mismos, para que no perdamos aquello por lo que hemos trabajado, sino que recibamos galardón completo.
de quienes son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén.
Y la mano de Jehová fue sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en él se ocupen.
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Y no emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.
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