35 Versículo de la Biblia sobre la recompensa

sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.

Que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, Él te recompensará en público.

Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; que recompensa hay para vuestra obra.

Y he aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.

El que se compadece del pobre, a Jehová presta, y lo que ha dado, Él se lo volverá a pagar.

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;

¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi potestad en el evangelio.

El que recibe a un profeta en nombre de profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo en nombre de justo, recompensa de justo recibirá.

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa.

el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:

Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles; y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio; y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos.

para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos?

He aquí que el Señor Jehová vendrá con mano fuerte, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con Él, y su obra delante de su rostro.

Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará.

Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y soy tu galardón sobremanera grande.

Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que a Dios se acerca, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea completa por Jehová Dios de Israel, que has venido a refugiarte bajo sus alas.

Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y: Digno es el obrero de su jornal.

Mirad por vosotros mismos, para que no perdamos aquello por lo que hemos trabajado, sino que recibamos galardón completo.

Regocijaos en aquel día, y saltad de gozo; porque he aquí vuestro galardón es grande en el cielo; porque así hacían sus padres a los profetas.