22 Versículos de la Biblia sobre la sanación a través de los discípulos
Versículos Más Relevantes
ENTONCES llamando á sus doce discípulos, les dió potestad contra los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda dolencia.
Y JUNTANDO á sus doce discípulos, les dió virtud y potestad sobre todos los demonios, y que sanasen enfermedades.
A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios: de gracia recibisteis, dad de gracia.
Y sanad los enfermos que en ella hubiere, y decidles: Se ha llegado á vosotros el reino de Dios.
Que extiendas tu mano á que sanidades, y milagros, y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús.
Y saliendo, rodeaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio, y sanando por todas partes.
Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados:
Y esto hecho, también otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados:
PEDRO y Juan subían juntos al templo á la hora de oración, la de nona. Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día á la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, como vió á Pedro y á Juan que iban á entrar en el templo, rogaba que le diesen limosna.Leer más.
Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Mira á nosotros. Entonces él estuvo atento á ellos, esperando recibir de ellos algo. Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó: y luego fueron afirmados sus pies y tobillos; Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando á Dios. Y todo el pueblo le vió andar y alabar á Dios. Y conocían que él era el que se sentaba á la limosna á la puerta del templo, la Hermosa: y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido.
Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo. Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado.
Viniendo á mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.
Y un hombre de Listra, impotente de los pies, estaba sentado, cojo desde el vientre de su madre, que jamás había andado. Este oyó hablar á Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vió que tenía fe para ser sano, Dijo á gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y saltó, y anduvo.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó: Y esto hecho, también otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados:
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