40 Versículo de la Biblia sobre la sanación de Jesus
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Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y echó de ellos los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos;
Mas sabiéndolo Jesús, se apartó de allí; y le siguieron grandes multitudes, y sanaba a todos.
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, y sanó a los que de ellos había enfermos.
y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que le tocaron, fueron salvos.
Y llegaron a él muchas personas, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y muchos otros enfermos ; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
Entonces vinieron a él ciegos y cojos en el Templo, y los sanó.
Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían a él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.
Y cuando lo entendió el pueblo, le siguió; y él los recibió, y les hablaba del Reino de Dios, y sanó a los que tenían necesidad de cura.
Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y todo flaqueza en el pueblo.
Porque había sanado a muchos; de tal manera que caían sobre él cuantos tenían plagas, para tocarle .
Y dondequiera que entraba, en aldeas, o ciudades, o heredades, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su vestido; y todos los que le tocaban eran salvos.
y los que eran atormentados de espíritus inmundos eran curados.
a Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios del Espíritu Santo y de potencia; que anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.
Pero tanto más se extendía su fama; y se juntaba grande multitud a oír y ser sanada por él de sus enfermedades.
Y no pudo hacer allí alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.
Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago sanidades hoy y mañana, y al tercer día soy perfeccionado.
Y le dijo Pedro: Eneas, El Señor Jesús, el Cristo, te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.
él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida habéis sido sanados.
Y corría su fama por toda Siria; y le traían todos los que tenían mal; los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos, y los sanaba.
Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.
porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre.
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios porque le conocían.
Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, en compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido a oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
Y toda la multitud procuraba tocarle; porque salía de él virtud, y sanaba a todos.
Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y a muchos ciegos dio la vista.
Les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
Y le seguía grande multitud, porque veían sus señales que hacía en los enfermos.
Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán : Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
Y respondiendo el príncipe de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese curado en sábado, dijo a la congregación: Seis días hay en que conviene obrar; en éstos, pues, venid y sed curados, y no en días de sábado.
Y he aquí había allí un hombre que tenía una mano seca; y le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado?, por acusarle.
Y respondiendo Jesus, habló a los doctores de la ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en sábado?
Y le acechaban los escribas y los fariseos, si sanaría en sábado, para hallar de qué le acusasen.
Si recibe un hombre la circuncisión en sábado, sin que la ley de Moisés sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado hice sano del todo a un hombre?
Y era sábado cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos.