20 Versículos de la Biblia sobre La voluntad de Dios no más estar enojado
Versículos Más Relevantes
Porque esto me será como las aguas de Noé, que juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así también juré que no me enojaré mas contra ti, ni te reprenderé.
¿Por ventura guardará su enojo para siempre? ¿Eternalmente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.
Porque no contenderé para siempre, ni para siempre enojaré; porque el espíritu por mi vistió el cuerpo, y yo hice las almas.
Y haré reposar mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré de enojarme más.
Ve, y clama estas palabras hacia el aquilón, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dijo el SEÑOR; no haré caer mi ira sobre vosotros, porque Misericordioso soy, dijo el SEÑOR, ni guardaré para siempre el enojo .
¿Se da por ventura mal por bien para que caven hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.
Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruyó; y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira.
Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Porque no nos ha ordenado Dios para ira, sino para alcanzar salud por el Señor nuestro Jesús el Cristo,
Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré descansar mi ira. Yo, el SEÑOR, he hablado.
No ejecutaré el furor de mi ira, no volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre; el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.
Y dirás en aquel día: Cantaré a ti, oh SEÑOR; pues aunque te enojaste contra mí, tu furor se apartó, y me has consolado.
Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No pequé.
Y vi otra señal en el cielo, grande y admirable, que era siete ángeles que tenían las siete plagas postreras, porque en ellas es consumada la ira de Dios.
y levantaron sobre ellos un gran montón de piedras, hasta hoy. Y el SEÑOR se tornó de la ira de su furor. Y por esto fue llamado aquel lugar el Valle de Acor, hasta hoy.
Estén ahora nuestro príncipes, los de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan a tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el furor de la ira de nuestro Dios sobre esto.