62 Versículos de la Biblia sobre Los frutos del pecado
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Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto al aire del día; y Adán y su esposa se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Y llamó Jehová Dios a Adán, y le dijo: ¿Dónde estás tú?Leer más.
Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y le dijo Dios: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; Él te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él señoreará sobre ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu esposa, y comiste del árbol de que te mandé, diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su esposa, Eva; por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su esposa túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de Nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre: Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida.
Ahora pues, maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano: Cuando labrares la tierra, no te volverá a dar su fuerza: errante y extranjero serás en la tierra. Y dijo Caín a Jehová: Mi castigo es más grande de lo que puedo soportar.Leer más.
He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré fugitivo y vagabundo en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le pesó en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra, a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo, porque me arrepiento de haberlos hecho.
No sea que haya entre vosotros varón, o mujer, o familia, o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir y servir a los dioses de aquellas naciones; no sea que haya entre vosotros raíz que eche veneno y ajenjo;
Es cierto que al necio lo mata la ira, y al codicioso lo consume la envidia.
¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud?
Sus huesos están llenos del pecado de su juventud, yacerán con él en el polvo.
Destrúyelos, oh Dios; caigan por sus propios consejos; por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, porque se rebelaron contra ti.
¿No te acarreaste esto tú mismo, al haber dejado a Jehová tu Dios, cuando Él te guiaba por camino?
Se hundieron las naciones en la fosa que hicieron; en la red que escondieron fue atrapado su pie. Jehová es conocido por el juicio que hizo; en la obra de sus propias manos fue enlazado el malo. (Higaion. Selah)
Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
Con arrogancia el malo persigue al pobre; sean atrapados en los artificios que han ideado.
Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta es tu maldad; por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.
Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados detuvieron de vosotros el bien.
Y Él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los destruirá en su propia maldad; los talará Jehová nuestro Dios.
¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová, ¿No obran más bien ellos mismos para confusión de sus rostros?
Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, a ellos, a sus esposas, a sus hijos, a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.
Por tanto comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos.
Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está alrededor de ella.
Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus cosas detestables y de sus abominaciones, yo haré que recaiga su camino sobre sus cabezas, dice el Señor Jehová.
Prenderán al impío sus propias iniquidades, y detenido será con las cuerdas de su pecado; él morirá por falta de corrección; y errará por la grandeza de su locura.
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.
En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano. Así dice Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán las gentes, y te escarnecerán; de grande cabida es. Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y desolación, por el cáliz de tu hermana Samaria.Leer más.
Lo beberás, pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus prostituciones.
Lo que el impío teme, eso le vendrá; mas a los justos les será dado lo que desean.
Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni el fruto hará harina; si la hiciere, extraños la tragarán.
El camino de Jehová es fortaleza al íntegro; pero es destrucción a los que hacen iniquidad. El justo jamás será removido; mas los impíos no habitarán la tierra. La boca del justo producirá sabiduría; mas la lengua perversa será cortada.
Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira; porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus valientes.
La justicia del perfecto enderezará su camino; mas el impío por su impiedad caerá. La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores en su pecado serán presos. Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; y la expectativa de los malos perecerá.
Efraín ha provocado a Dios con amarguras; por tanto, su sangre se derramará sobre él, y su Señor le pagará su oprobio.
El impío hace obra falsa; mas el que siembra justicia, tendrá galardón seguro. Como la justicia es para vida, así el que sigue el mal es para su muerte.
El que procura el bien buscará favor; mas el que busca el mal, éste le vendrá.
Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, los engaños, las lascivias, el ojo maligno, la blasfemia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación. El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y la paga de las manos del hombre le será dada.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Porque antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán; el cual es figura del que había de venir.Leer más.
Así también fue el don, mas no como el pecado. Porque si por el pecado de uno muchos murieron, mucho más la gracia de Dios abundó para muchos, y el don de gracia por un hombre, Jesucristo. Y el don, no fue como por uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino por uno para condenación, mas el don es de muchos pecados para justificación. Porque si por un pecado reinó la muerte, por uno; mucho más los que reciben la gracia abundante y el don de la justicia reinarán en vida por uno, Jesucristo. Así que, como por el pecado de uno vino la condenación a todos los hombres, así también, por la justicia de uno, vino la gracia a todos los hombres para justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos. Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.
Porque cuando estábamos en la carne, la influencia del pecado, que era por la ley, obraba en nuestros miembros llevando fruto para muerte;
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y divisiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos de vosotros; mas ya sois lavados, ya sois santificados, ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, desenfrenos, y cosas semejantes a estas; de las cuales os denuncio, como también ya os denuncié, que los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
El buen entendimiento da gracia; mas el camino de los trasgresores es duro.
En la transgresión del hombre malo hay lazo; mas el justo cantará y se alegrará.
Tal es el proceder de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, y dice: No he hecho maldad.
La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque allegaron mal para sí.
Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán alzados como columna de humo.
Preparad el matadero para sus hijos por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen la faz del mundo de ciudades.
He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y estáis cercados de centellas. Andad a la luz de vuestro fuego, y de las centellas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.
Mas los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dice mi Dios, para el impío.
Baste ya el tiempo pasado de nuestra vida para haber hecho la voluntad de los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, desenfrenos, banquetes y abominables idolatrías.