19 Versículos de la Biblia sobre otras personas tristes

Y José vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos.

Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?

Entonces dijo a sus hermanos: {Me} ha sido devuelto mi dinero, y he aquí, está en mi costal. Y se les sobresaltó el corazón, y temblando se decían el uno al otro: ¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés a causa del desaliento y de la dura servidumbre.

Y {éste} le dijo: Hijo del rey, ¿por qué estás tan deprimido día tras día? ¿No me {lo} contarás? Y Amnón le dijo: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón.

Aconteció que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, {estando ya} el vino delante de él, tomé el vino y se lo di al rey. Yo nunca había estado triste en su presencia, y el rey me dijo: ¿Por qué está triste tu rostro? Tú no estás enfermo; eso no es más que tristeza de corazón. Entonces tuve mucho temor, y dije al rey: Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?

Y aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de {sus} juramentos y de los que se sentaban con él {a la mesa,} no quiso desairarla.

Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus juramentos y de sus invitados, ordenó que se {la} dieran;

Entonces tus valientes serán atemorizados, oh Temán, de modo que todo hombre será cortado del monte de Esaú con muerte violenta.

Y El les dijo: ¿Qué discusiones son estas que tenéis entre vosotros mientras vais andando? Y ellos se detuvieron, con semblante triste.

porque él os añoraba a todos vosotros, y estaba angustiado porque habíais oído que se había enfermado.

Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.

Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor?

Ellos comenzaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo?

Mas porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón.

Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Pero al oír esto, se puso muy triste, pues era sumamente rico.

Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.