42 Versículos de la Biblia sobre el enojo y el perdón
Versículos Más Relevantes
Airaos, pero no pequéis: No se ponga el sol sobre vuestro enojo;
Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia, y toda malicia, sea quitada de entre vosotros;
y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.
Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de vuestro corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
Y oró a Jehová, y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
Entonces su señor se enojó, y le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
Pero Él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Desplegaste la ira, y nos perseguiste; mataste, no perdonaste.
No quisieron obedecer, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú que eres Dios perdonador, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, no los abandonaste.
¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.
No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti; porque te provocaron a ira delante de los que edificaban.
Jehová, lento para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, y en ninguna manera tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte: porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.
De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra Él nos hemos rebelado;
No te enojes sobremanera, oh Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
Jehová no querrá perdonarle; sino que entonces humeará el furor de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová raerá su nombre de debajo del cielo:
deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Por tanto, yo también obraré con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré.
Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás indignación contra la oración de tu pueblo?
¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?
Quizá llegue la oración de ellos a la presencia de Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino; porque grande es el furor y la ira que ha pronunciado Jehová contra este pueblo.
Mas tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro: y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
¿Quién sabe si se volverá y arrepentirá Dios, y se apartará del furor de su ira, y no pereceremos?
Entonces el señor de aquel siervo, fue movido a misericordia, y le soltó y le perdonó la deuda.
Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad;
Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.
El que tarda en airarse, es grande de entendimiento; mas el impaciente de espíritu enaltece la necedad.
Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque el ceder hará cesar grandes ofensas.
Ve, y proclama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová, y no haré caer mi ira sobre vosotros; porque misericordioso soy yo, dice Jehová, y no guardaré para siempre el enojo.
Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego.
Artículos Relacionados
- Controlar el enojo
- Dios, la paciencia de
- Ira
- La agresión
- La compasión de Dios,
- La voluntad de Dios no más estar enojado
- Mala actitud
- Manejo de la ira.
- Misericordia abundante
- Moderación