22 Versículos de la Biblia sobre la deshonestidad

EL peso falso abominación es á Jehová: Mas la pesa cabal le agrada.

Disminuiránse las riquezas de vanidad: Empero multiplicará el que allega con su mano.

Abominación son á Jehová las pesas dobles; Y el peso falso no es bueno.

El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.

No hagáis agravio en juicio, en medida de tierra, ni en peso, ni en otra medida.

¿Seré limpio con peso falso, y con bolsa de engañosas pesas?

Los diáconos asimismo, deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias;

Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, trasfigurándose en apóstoles de Cristo.

A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por torpe ganancia.

El que es injusto, sea injusto todavía: y el que es sucio, ensúciese todavía: y el que es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía.

Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto;

Mas tus ojos y tu corazón no son sino á tu avaricia, y á derramar la sangre inocente, y á opresión, y á hacer agravio.

Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades;

Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.

Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás á éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez.

Mas no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se ladearon tras la avaricia, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho.

Porque es menester que el obispo sea sin crimen, como dispensador de Dios; no soberbio, no iracundo, no amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias;

El hombre perverso levanta contienda; Y el chismoso aparta los mejores amigos.