44 Versículo de la Biblia sobre la reverencia

Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia;

``Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el SEÑOR.

porque nuestro Dios es fuego consumidor.

``Mis días de reposo guardaréis y tendréis mi santuario en reverencia; yo soy el SEÑOR.

Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;

Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente;

``Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás; yo soy el SEÑOR.

Además, tuvimos padres terrenales para disciplinar{nos,} y {los} respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos?

Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ``Respetarán a mi hijo."

por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.

sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo.

Mas yo, por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; me postraré en tu santo templo con reverencia.

Adorad al SEÑOR con reverencia, y alegraos con temblor.

El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia.

``Cada uno de vosotros ha de reverenciar a su madre y a su padre. Y guardaréis mis días de reposo; yo soy el SEÑOR vuestro Dios.

En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey.

Siervos, estad sujetos a vuestros amos con todo respeto, no sólo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables.

Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación;

¿No es tu temor {a Dios} tu confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza?

Dios muy temido en el consejo de los santos, e imponente sobre todos los que están en su derredor?

sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, {estando} siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero {hacedlo} con mansedumbre y reverencia;

Por esta causa, {pues,} doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

El hijo honra a {su} padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? --dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre--. Pero vosotros decís: `` ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?"

al observar vuestra conducta casta y respetuosa.

Entonces el dueño de la viña dijo: `` ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán."

Y él respondió: No; más bien yo vengo ahora {como} capitán del ejército del SEÑOR. Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: ¿Qué dice mi señor a su siervo?

Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, {lo} adoró.

La conclusión, cuando todo se ha oído, {es ésta:} teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto {concierne} a toda persona.

Aquel día el SEÑOR engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel; y le temieron, tal como habían temido a Moisés todos los días de su vida.

El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.

En el temor del SEÑOR hay confianza segura, y a los hijos dará refugio.

Y dijo al hombre: ``He aquí, el temor del Señor es sabiduría, y apartarse del mal, inteligencia."

Entremos a sus moradas; postrémonos ante el estrado de sus pies.

y fue mi corazón seducido en secreto, y mi mano tiró un beso de mi boca,

Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se {me} acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es {sólo} una tradición aprendida {de memoria},

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que si algunos {de ellos} son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres

``Y las calles de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles."