63 Versículo de la Biblia sobre las quejas

Versículos Más Relevantes

Números 11:1

Y aconteció que el pueblo se quejó de mal manera a oídos del SEÑOR; y lo oyó el SEÑOR, y se enardeció su furor, y se encendió en ellos fuego del SEÑOR y consumió en el extremo del campamento.

Números 14:26-27

Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta congregación perversa que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?

Éxodo 16:8

Y dijo Moisés: El SEÑOR os dará a la tarde carne para comer, y a la mañana pan hasta saciaros; porque el SEÑOR ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; que nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.

Números 21:5

Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste venir de Egipto para que muramos en este desierto? Que no hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

1 Corintios 10:10-11

Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como figura; y están escritas para nuestra amonestación, en quien los fines de los siglos ha parado.

Números 11:11-15

Y dijo Moisés al SEÑOR: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? Porque vienen a mí llorando y diciendo: Danos carne que comamos.Leer más.
No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es demasiado pesado. Y si así tienes que hacer tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.

Job 10:1-2

Mi alma es cortada en mi vida; por tanto soltaré mi queja sobre mí, y hablaré con amargura de mi alma. Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué pleiteas conmigo.

Job 7:11-21

Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma. ¿Soy yo un mar, o dragón, que me pongas guarda? Cuando digo: Mi cama me consolará, mi cama atenuará mis quejas;Leer más.
entonces me quebrantarás con sueños, y me turbarás con visiones. Y mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, y quiso la muerte más que a mis huesos. Abominé la vida; no quiero vivir para siempre; déjame, pues, que mis días son vanidad. ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y que pongas sobre él tu corazón, y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes? ¿Hasta cuándo no me dejarás, ni me soltarás hasta que trague mi saliva? Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado? ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no seré hallado.

Job 9:27-28

Si digo: Quiero olvidar mi queja, dejaré mi aburrimiento, y me esforzaré. Temo todos mis trabajos; sé que no me tendrás sin culpa.

Job 21:4

¿Por ventura quejo a algún hombre? Y si es así ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

Job 23:2

Hoy también hablaré con amargura; que es más grave mi llaga que mi gemido.

Job 33:13

¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no contestará todas sus palabras.

Salmos 64:1

Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.

Salmos 73:13-21

Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en limpieza; y he sido azotado todo el día, y castigado por las mañanas: Si dijera yo, hablaré como ellos; he aquí habría negado la generación de tus hijos:Leer más.
Pensaré pues para entender esto; es a mis ojos duro trabajo. Hasta que venga al santuario de Dios, entonces entenderé la postrimería de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer. ¡Cómo han sido asolados! ¡Cuán en un punto! Se acabaron, fenecieron con turbaciones. Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias. Se desazonó a la verdad mi corazón, y en mis riñones sentía punzadas.

Salmos 142:2

Delante de él derramaré mi querella; delante de él denunciaré mi angustia.

Jeremías 12:1-4

Justo eres tú, oh SEÑOR, aunque yo dispute contigo; hablaré empero juicios contigo. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos? Tienen paz todos los que se rebelan completamente contra ti. Los plantaste, y echaron raíces; progresaron, e hicieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, mas lejos de sus riñones. Y tú, oh SEÑOR, me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arráncalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.Leer más.
¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo por la maldad de los que en ella moran? Faltaron los ganados, y las aves; porque dijeron: No verá él nuestras postrimerías.

Jonás 4:1-3

Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró al SEÑOR, y dijo: Ahora, oh SEÑOR, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y compasivo, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.

Mateo 9:11

Y viendo esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

Marcos 2:16

Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y con los pecadores?

Marcos 2:24

Entonces los fariseos le dijeron: He aquí, ¿por qué hacen tus discípulos en sábado lo que no es lícito?

Lucas 6:2

Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los sábados?

Juan 6:41-43

Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: YO SOY el pan que descendí del cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? Y Jesús respondió, y les dijo: No murmuréis entre vosotros.

Éxodo 17:3

Así que el pueblo tuvo allí sed de agua, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, y a nuestros hijos y a nuestros ganados?

Éxodo 14:11-12

Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué lo has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Que mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.

Éxodo 16:2-3

Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Hubiera sido mejor si hubiéramos muerto por mano del SEÑOR en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.

Hechos 18:14-15

Y comenzando Pablo a abrir la boca, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas.

Deuteronomio 1:27

y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque el SEÑOR nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos.

Jueces 21:22

Y cuando vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslo, nosotros les diremos: Tened misericordia de nosotros de parte de ellos; pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; y pues que vosotros no se las habéis dado, para que ahora seáis culpables.

1 Samuel 1:16

No tengas a tu sierva por una hija de Belial; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

Job 7:11-13

Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma. ¿Soy yo un mar, o dragón, que me pongas guarda? Cuando digo: Mi cama me consolará, mi cama atenuará mis quejas;

Job 9:27

Si digo: Quiero olvidar mi queja, dejaré mi aburrimiento, y me esforzaré.

Salmos 55:2

Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo,

Salmos 77:3

Me acordaba de Dios, y gritaba; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. (Selah.)

Salmos 144:14

que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni queja en nuestras plazas.

Lamentaciones 3:39

Mem: ¿Por qué tiene dolor el hombre viviente, el hombre en su pecado?

Judas 1:16

Estos son murmuradores, quere-llosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.

Números 21:7

Entonces el pueblo vino a Moisés, y dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra el SEÑOR, y contra ti; ora al SEÑOR que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.

Números 14:13-39

Y Moisés respondió al SEÑOR: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu fortaleza; y dirán los habitantes de esta tierra, los cuales ya han oído que tú, oh SEÑOR, estabas en medio de este pueblo, que ojo a ojo aparecías tú, oh SEÑOR, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; y que has hecho morir a este pueblo como a un hombre; y los gentiles que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo:Leer más.
Porque no pudo el SEÑOR meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificada la fortaleza del Señor, como lo hablaste, diciendo: El SEÑOR, tardo de ira y grande en misericordia, que suelta la iniquidad y la rebelión, y absolviendo no absolverá al culpado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta las terceras y hasta las cuartas generaciones. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. Entonces el SEÑOR dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. Mas, tan ciertamente como vivo yo, la gloria del SEÑOR llenará toda la tierra. Porque todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad; y aun al amalecita y al cananeo que habitan en el valle. Volveos mañana, y partíos al desierto, camino del mar Bermejo. Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta congregación perversa que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice el SEÑOR, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todos vuestros contados según toda vuestra cuenta, de veinte años arriba, los cuales habéis murmurado contra mí; vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano de haceros habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Mas vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. Y en cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos serán pastoreados en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras fornicaciones, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi razón por anular mi promesa. Yo el SEÑOR he hablado; así haré a toda esta congregación perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y allí morirán. Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando la tierra, aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante del SEÑOR. Mas Josué hijo de Nun, y Caleb hijo de Jefone, quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra. Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho.

Números 16:41-50

El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo del SEÑOR. Y aconteció que, cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo del testimonio, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria del SEÑOR. Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo del testimonio.Leer más.
Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se echaron sobre sus rostros. Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve presto a la congregación, y reconcílialos; porque el furor ha salido de delante de la faz del SEÑOR; la mortandad ha comenzado. Entonces tomó Aarón su incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, y reconcilió el pueblo. Y se puso entre los muertos y los vivos, y la mortandad cesó. Y los que murieron de aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por el negocio de Coré. Después se volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo del testimonio, cuando la mortandad había cesado.

Éxodo 15:23-25

Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó al SEÑOR; y el SEÑOR le mostró un árbol, el cual cuando lo metió dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y derechos, y allí los probó;

Números 20:1-13

Y llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y reposó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada. Y no hubo agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. Y riñó el pueblo con Moisés, y hablaron diciendo: ¡Mejor que nosotros hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante del SEÑOR!Leer más.
Y ¿por qué hiciste venir la congregación del SEÑOR a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? ¿Y por qué nos has hecho venir de Egipto, a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas, ni granadas; ni aun hay agua para beber. Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo del testimonio, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria del SEÑOR apareció sobre ellos. Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Toma la vara y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña en ojos de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación, y a sus bestias. Entonces Moisés tomó la vara de delante del SEÑOR, como él le mandó. Y juntaron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: Oíd ahora, rebeldes; ¿os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano, e hirió la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme en ojos de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. Estas son las aguas de Meriba (la rencilla), por las cuales riñeron los hijos de Israel con el SEÑOR, y él se santificó en ellos.

Éxodo 17:2-7

Y riñó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué reñís conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR? Así que el pueblo tuvo allí sed de agua, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, y a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.Leer más.
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara, con que heriste el río, y ve: He aquí que yo estoy delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y herirás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está, pues, el SEÑOR entre nosotros, o no?

Números 14:1-5

Entonces toda la congregación alzó grito, y dieron voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Mejor que muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto que muriéramos! ¿Y por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada y que nuestras mujeres y nuestros chiquitos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?Leer más.
Y decían el uno al otro: Hagamos un capitán, y volvámonos a Egipto. Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel.

Números 11:11-35

Y dijo Moisés al SEÑOR: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? Porque vienen a mí llorando y diciendo: Danos carne que comamos.Leer más.
No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es demasiado pesado. Y si así tienes que hacer tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Júntame setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus príncipes; y tráelos a la puerta del tabernáculo del testimonio, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. Pero dirás al pueblo: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos del SEÑOR, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Cierto mejor nos iba en Egipto! El SEÑOR, pues, os dará carne, y comeréis. No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días; sino hasta un mes de tiempo, hasta que os salga por las narices, y os sea en aborrecimiento; por cuanto menospreciasteis al SEÑOR que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto? Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; y tú dices: ¡Les daré carne, y comerán el tiempo de un mes! ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se juntarán para ellos todos los peces del mar para que tengan abasto? Entonces el SEÑOR respondió a Moisés: ¿Se ha acortado la mano del SEÑOR? Ahora verás si te sucede mi dicho, o no. Y salió Moisés, y dijo al pueblo las palabras del SEÑOR; y juntó a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. Entonces el SEÑOR descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo dio a los setenta varones ancianos; y fue que, al reposar sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. Y habían quedado en el campamento dos de los varones, el uno se llamaba Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, mas no habían salido al tabernáculo; y comenzaron a profetizar en el campamento. Y corrió un joven, y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Quisiera que todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR diera su espíritu sobre ellos. Y regresó Moisés al campamento, él y los ancianos de Israel. Y salió un viento del SEÑOR, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, en derredor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día, y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo en derredor del campamento. Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuera mascada, cuando el furor del SEÑOR se encendió en el pueblo, e hirió el SEÑOR al pueblo con una plaga muy grande. Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y pararon en Hazerot.

Números 21:4-7

Y partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo, para rodear la tierra de Edom; y el alma del pueblo fue angustiada en el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste venir de Egipto para que muramos en este desierto? Que no hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y el SEÑOR envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.Leer más.
Entonces el pueblo vino a Moisés, y dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra el SEÑOR, y contra ti; ora al SEÑOR que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.

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