35 Versículos de la Biblia sobre ser ministro

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salvación?

para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles sea acepta, santificada por el Espíritu Santo.

o si ministerio, usémoslo en ministrar; el que enseña, en la enseñanza;

Y serán ministros en mi santuario, porteros a las puertas de la casa, y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para el pueblo, y estarán delante de ellos para servirles.

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo ministrado a los santos y ministrándoles aún.

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado.

las cuales, cuando estuvo en Galilea, le habían seguido, y le servían; y muchas otras que habían subido con Él a Jerusalén.

Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.

y Juana, esposa de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.

Entonces vino Él, y tomándola de la mano la levantó; y al instante le dejó la fiebre, y ella les servía.

Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.

Pero en cuanto a la suministración para los santos, por demás me es escribiros;

Y le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo; porque me es útil para el ministerio.

Y ciertamente todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.

Y el joven Samuel ministraba a Jehová delante de Elí; y la palabra de Jehová era preciada en aquellos días; pues no había visión manifiesta.

A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales desean mirar los ángeles.

Los cuales servían delante de la tienda del tabernáculo de la congregación en el canto, hasta que Salomón edificó la casa de Jehová en Jerusalén; después estuvieron en su ministerio según su costumbre.

Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y para los que están conmigo, estas manos me han servido.

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

siendo manifiesto que sois carta de Cristo ministrada por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Y no podían los sacerdotes continuar ministrando, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Y el joven Samuel ministraba delante de Jehová, vestido de un efod de lino.

Déle el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto me ayudó en Éfeso, tú lo sabes muy bien.

Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis sus mandamientos, obedeciendo a la voz de su palabra.

Y muchas mujeres estaban allí mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole.

y no asiéndose de la cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y enlazado por las coyunturas y los ligamentos, crece con el crecimiento de Dios.

Mas consideré necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, mas vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades,

Mas en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran a Jehová son los hijos de Aarón, y los levitas en la obra;