'Decís' en la Biblia
Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y sacrifiquemos á Jehová.
Y él respondió: Mis dioses que yo hice, que lleváis juntamente con el sacerdote, y os vais: ¿qué más me queda? ¿y á qué propósito me decís: Qué tienes?
Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios: ¿no es aquél cuyos altos y altares ha quitado Ezechîas, y ha dicho á Judá y á Jerusalem: Delante de este altar adoraréis en Jerusalem?
Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
Al Músico principal: Salmo de David. EN Jehová he confiado; ¿Cómo decís á mi alma: Escapa al monte cual ave?
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová es con nosotros? Ciertamente, he aquí que en vano se cortó la pluma, por demás fueron los escribas.
He aquí yo contra ti, moradora del valle de la piedra de la llanura, dice Jehová: los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros? ¿y quién entrará en nuestras moradas?
Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel, á esta ciudad, de la cual decís vosotros, Entregada será en mano del rey de Babilonia á cuchillo, á hambre, y á pestilencia:
Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales; es entregada en manos de los Caldeos.
Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, que están asoladas sin hombre y sin morador y sin animal, tiene de oirse aún,
¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación de mentira, por cuanto decís, Dijo Jehová; no habiendo yo hablado?
Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las gentes, como las familias de las naciones, sirviendo á la madera y á la piedra.
OID esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís los pobres, que quebrantáis los menesterosos, que decis á sus señores: Traed, y beberemos.
Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís.
Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No nos hemos adquirido potencia con nuestra fortaleza?
El hijo honra al padre, y el siervo á su señor: si pues soy yo padre, ¿qué es de mi honra? y si soy señor, ¿qué es de mi temor?, dice Jehová de los ejércitos á vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu n
Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: La mesa de Jehová es despreciable.
Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová; y cuando hablan que su alimento es despreciable.
Habéis hecho cansar á Jehová con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que mal hace agrada á Jehová, y en los tales toma contentamiento: de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio?
Mas vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre ó á la madre: Es ya ofrenda mía á Dios todo aquello con que pudiera valerte;
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del día, decís: Sereno; porque el cielo tiene arreboles.
El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Cualquiera que jurare por el templo es nada; mas cualquiera que jurare por el oro del templo, deudor es.
Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre ó á la madre: Es Corbán (quiere decir, don mío á Dios) todo aquello con que pudiera valerte;
Entonces él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Y respondiendo Pedro, le dice: Tú eres el Cristo.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan, ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Simón Pedro, dijo: El Cristo de Dios.
Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? porque decís que en Beelzebub echo yo fuera los demonios.
Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así.
Y cuando sopla el austro, decís: Habrá calor; y lo hay.
Y dijeron todos: ¿Luego tú eres Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que yo soy.
Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar.
¿No decís vosotros: Aun hay cuatro meses hasta que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad las regiones, porque ya están blancas para la siega.
Respondió Jesús: Si yo me glorifico á mí mismo, mi gloria es nada: mi Padre es el que me glorifica; el que vosotros decís que es vuestro Dios;
Y preguntáronles, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
Díjoles Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado: mas ahora porque decís, Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.
¿A quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
Vosotros me llamáis, Maestro, y, Señor: y decís bien; porque lo soy.
Ea ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos á tal ciudad, y estaremos allá un año, y compraremos mercadería, y ganaremos:
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