66 casos

'Mitad' en la Biblia

Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.

Y el sobrante que resulta en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que sobra, colgará a las espaldas del tabernáculo.

Esto dará todo el que pasare entre los que serán contados, medio siclo conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras; la mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová.

Y tú has de tomar de las principales especias; de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, y de cálamo aromático doscientos cincuenta,

Ésta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jehová el día que serán ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde.

No sea ella ahora como el que sale muerto del vientre de su madre, consumida la mitad de su carne.

ofrecerás con el novillo un presente de tres décimas de flor de harina, amasada con la mitad de un hin de aceite;

y de vino para la libación ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová.

Y partirás por mitad la presa entre los que pelearon, los que salieron a la guerra, y toda la congregación.

De la mitad de ellos lo tomarás; y darás a Eleazar el sacerdote la ofrenda de Jehová.

Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de cincuenta, de las personas, de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas, de todo animal; y los darás a los levitas, que tienen la guarda del tabernáculo de Jehová.

Y la mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el número de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas.

Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la guerra

(La mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil quinientas;

de la mitad, pues, para los hijos de Israel tomó Moisés uno de cada cincuenta, así de las personas como de los animales, y los dio a los levitas, que tenían la guarda del tabernáculo de Jehová; como Jehová lo había mandado a Moisés.

Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas.

Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban a uno y otro lado del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevan el arca del pacto de Jehová; así extranjeros como naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel.

Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y señoreaba desde Aroer, que está a la ribera del arroyo de Arnón, y desde en medio del arroyo, y la mitad de Galaad, hasta el arroyo Jaboc, el término de los hijos de Amón;

y señoreaba en el monte de Hermón, y en Salca, y en todo Basán hasta los términos de los gesuritas y de los maacatitas, y la mitad de Galaad, término de Sehón rey de Hesbón.

Y el término de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está delante de Rabá.

Y la mitad de Galaad, y Astarot, y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, fueron para los hijos de Maquir, hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.

Entonces Hanún tomó los siervos de David, y les rapó la mitad de la barba, y les cortó las vestiduras por la mitad hasta las nalgas, y los despidió.

Mas el pueblo dijo: No saldrás; porque si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la mitad de nosotros muera, no harán caso de nosotros; pero tú ahora vales tanto como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda desde la ciudad.

El rey entonces pasó a Gilgal, y con él pasó Quimam; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de Israel, pasaron al rey.

Y Amasa yacía revolcado en su sangre en mitad del camino; y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura, porque veía que todos los que venían se detenían junto a él.

Y puso estos querubines en la casa de adentro; y los querubines tenían las alas extendidas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro querubín tocaba a la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en la mitad de la casa.

mas yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto, y he aquí, que ni la mitad me había sido dicha; es mayor tu sabiduría y bien que la fama que yo había oído.

Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar;

Y conspiró contra él su siervo Zimri, comandante de la mitad de los carros. Y estando él en Tirsa, bebiendo y embriagado en casa de Arsa su mayordomo en Tirsa,

Entonces el pueblo de Israel fue dividido en dos partes. La mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey; y la otra mitad seguía a Omri.

Y aconteció que antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:

Y los hijos de Sobal padre de Quiriat-jearim fueron Haroe, y la mitad de los manahetitas.

Los hijos de Salma: Belén, los netofatitas, Atrot-bet-joab, la mitad de los manahetitas y los zoratitas.

Entonces Hanún tomó los siervos de David, y los rapó, y les cortó las vestiduras por la mitad, hasta las nalgas, y los despidió.

Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú sobrepasas la fama que yo había oído.

Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, príncipe de la mitad de la región de Jerusalén.

Junto a ellos restauró Salum hijo de Lohes, príncipe de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, príncipe de la mitad de la región de Bet-zur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.

Tras él restauraron los levitas, Rehum hijo de Bani; junto a él restauró Hasabías, príncipe de la mitad de la región de Keila en su región.

Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, príncipe de la mitad de la región de Keila.

Mas fue que desde aquel día la mitad de los jóvenes trabajaba en la obra, y la otra mitad de ellos tenía lanzas y escudos, y arcos, y corazas; y los príncipes estaban tras toda la casa de Judá.

Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta salir las estrellas.

E iba tras de ellos Osaías, y la mitad de los príncipes de Judá,

Y el segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho;

Y de sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y no podían hablar la lengua de los judíos, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo.

Y dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Esther, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.

Y dijo el rey a Esther en el banquete del vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu deseo? Aunque sea la mitad del reino, te será concedido.

Y también el segundo día dijo el rey a Esther en el convite del vino: ¿Cuál es tu petición, reina Esther, y se te concederá? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, y te será hecho.

Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años.

Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que hiciste.

Y por una semana confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolar, aun hasta una entera consumación; y lo que está determinado se derramará sobre el pueblo asolado.

Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo, y juró por Aquél que vive por siempre, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando él acabe de dispersar el poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

Porque yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las casas serán saqueadas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas; la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.

Y le juró: Todo lo que me pidieres te daré, hasta la mitad de mi reino.

Éste, pues, adquirió un campo con el salario de su iniquidad, y cayendo rostro abajo, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

Y fueron dadas a la mujer dos alas de grande águila, para que de la presencia de la serpiente volase al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

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