255 casos

'Mío' en la Biblia

y dijo: Señor mío, si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo.

Y habló Isaac a su padre Abraham, y {le} dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo {Isaac:} Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?

Y Abraham respondió: Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos.

No, señor mío, escúchame; te doy el campo y te doy la cueva que está en él. A la vista de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta.

Señor mío, óyeme: una tierra que vale cuatrocientos siclos de plata, ¿qué es eso entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu difunta.

Y ella dijo: Bebe, señor mío. Y enseguida bajó el cántaro a su mano, y le dio de beber.

Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él le respondió: Heme aquí.

Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando.

Pero su madre le respondió: {Caiga} sobre mí tu maldición, hijo mío; solamente obedéceme, y ve y tráeme{los.}

Entonces él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y {éste} respondió: Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío?

E Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que {la} has encontrado tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque el SEÑOR tu Dios hizo que así me acaeciera.

Isaac entonces dijo a Jacob: Te ruego que te acerques para palparte, hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú.

Y su padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío.

Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, {bendíceme} también a mí, padre mío!

Pero Isaac respondió, y dijo a Esaú: He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus parientes; y con grano y mosto lo he sustentado. En cuanto a ti ¿qué haré, pues, hijo mío?

Y Esaú dijo a su padre: ¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, {bendíceme} también a mí, padre mío. Y Esaú alzó su voz y lloró.

Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate {y} huye a Harán, a {casa de} mi hermano Labán.

Y le dijo Labán: Ciertamente tú eres hueso mío y carne mía. Y {Jacob} se quedó con él todo un mes.

Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son mis hijas, y los hijos mis hijos, y los rebaños mis rebaños, y todo lo que ves es mío. ¿Pero qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas dieron a luz?

Pero Esaú dijo: Tengo bastante, hermano mío; sea tuyo lo que es tuyo.

Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos.

y dijeron: Oh señor mío, ciertamente descendimos la primera vez para comprar alimentos;

Al alzar él sus ojos y ver a su hermano Benjamín, hijo de su madre, dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor de quien me hablasteis? Y dijo: Dios te imparta su favor, hijo mío.

Entonces Judá se le acercó, y dijo: Oh señor mío, permite a tu siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, pues tú eres como Faraón mismo.

Y José dijo a su padre: No sea así, padre mío, pues éste es el primogénito. Pon tu derecha sobre su cabeza.

Mas su padre rehusó y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; él también llegará a ser un pueblo, y él también será grande. Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará a ser multitud de naciones.

Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se agazapa, se echa como león, o como leona, ¿quién lo despertará?

``Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Dios; y sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os sacó de debajo de las cargas de los egipcios.

Porque mío es todo primogénito; el día en que herí a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, consagré para mí a todos los primogénitos en Israel, desde el hombre hasta el animal. Míos serán; yo soy el SEÑOR.

Entonces respondió Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, y dijo: Moisés, señor mío, detenlos.

Entonces Aarón dijo a Moisés: Señor mío, te ruego que no nos cargues {este} pecado, en el cual hemos obrado neciamente y con el cual hemos pecado.

Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, te ruego, da gloria al SEÑOR, Dios de Israel, y dale alabanza; y declárame ahora lo que has hecho. No me lo ocultes.

Y Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: Ven, señor mío, ven a mí; no temas. Y él fue hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta.

Entonces Gedeón le respondió: Ah señor mío, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: `` ¿No nos hizo el SEÑOR subir de Egipto?" Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.

Entonces ella le dijo: Padre mío, has dado tu palabra al SEÑOR; haz conmigo conforme a lo que has dicho, ya que el SEÑOR te ha vengado de tus enemigos, los hijos de Amón.

Entonces ella dijo: Señor mío, he hallado gracia ante tus ojos, porque me has consolado y en verdad has hablado con bondad a tu sierva, aunque yo no soy como una de tus siervas.

Y ella dijo: ¡Oh señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti orando al SEÑOR.

El SEÑOR volvió a llamar: ¡Samuel! Y Samuel se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Pero él respondió: Yo no he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte.

Pero Elí llamó a Samuel, y {le} dijo: Samuel, hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.

Y el hombre dijo a Elí: Yo soy el que vine del campo de batalla. Hoy escapé del campo de batalla. Y Elí preguntó: ¿Cómo fueron las cosas, hijo mío?

Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano. Puesto que corté la orilla de tu manto y no te maté, reconoce y ve que no hay maldad ni rebelión en mis manos y que no he pecado contra ti, a pesar de que tú acechas mi vida para quitármela.

Y sucedió que cuando David acabó de decir a Saúl estas palabras, Saúl dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Entonces Saúl alzó su voz y lloró.

Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable, y que escuches las palabras de tu sierva.

Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma; puesto que el SEÑOR te ha impedido derramar sangre y vengarte por tu propia mano, sean pues como Nabal tus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor.

Entonces Saúl reconoció la voz de David y dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Y David respondió: Mi voz es, mi señor el rey.

Y Saúl dijo: He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque no volveré a hacerte daño pues mi vida fue muy estimada en tus ojos hoy. He aquí, he actuado neciamente y he cometido un grave error.

Y Saúl dijo a David: Bendito seas, David, hijo mío; ciertamente harás {grandes cosas} y prevalecerás. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.

Pero ella le respondió: No, hermano mío, no abuses de mí, porque tal cosa no se hace en Israel; no cometas esta infamia.

Mas el rey respondió a Absalón: No, hijo mío, no debemos ir todos, para no ser carga para ti. Y aunque le insistió, no quiso ir, mas lo bendijo.

Dijo, pues, a sus siervos: Mirad, el campo de Joab está junto al mío, y allí tiene cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo.

Pero si regresas a la ciudad, y dices a Absalón: ``Seré tu siervo, oh rey; como en el pasado he sido siervo de tu padre, así ahora seré tu siervo", entonces harás nulo el consejo de Ahitofel en favor mío.

Y Ahimaas, hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab: Pase lo que pase, te ruego que me dejes correr tras el cusita. Y Joab dijo: ¿Por qué correrás, hijo mío, ya que no tendrás recompensa por ir?

Y el rey se conmovió profundamente, y subió al aposento {que había} encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: ¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!

Y el rey con su rostro cubierto, clamaba en alta voz: ¡Oh hijo mío Absalón, oh Absalón, hijo mío, hijo mío!

Y decid a Amasa: `` ¿No eres hueso mío y carne mía? Así haga Dios conmigo y aun más si no has de ser comandante del ejército delante de mí para siempre en lugar de Joab."

Y él respondió: Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó; pues tu siervo se dijo: ``Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey", porque tu siervo es cojo.

Y Joab dijo a Amasa: ¿Te va bien, hermano mío? Y Joab tomó a Amasa por la barba con su mano derecha para besarlo.

mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio; salvador mío, tú me salvas de la violencia.

El rey también ha dicho así: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que ha concedido que se siente hoy en mi trono un descendiente mío mientras mis ojos {lo} ven.

Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel esperaba que yo fuera rey; pero el reino ha cambiado {de manos} y ha venido a ser de mi hermano, porque {por voluntad} del SEÑOR era suyo.

Y ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar.

Entonces la mujer de quien {era} el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: Oh, mi señor, dale a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mates. Pero la otra decía: No será ni mío ni tuyo; partid{lo.}

No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;

Y dijo: ¿Qué son estas ciudades que me has dado, hermano mío? Por eso fueron llamadas tierra de Cabul hasta hoy.

Puso el cadáver en su propio sepulcro, e hicieron duelo por él, diciendo: ¡Ay, hermano mío!

Clamó al SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo?

Entonces se tendió tres veces sobre el niño, clamó al SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a él.

Y el rey de Israel respondió, y dijo: {Sea} conforme a tu palabra, oh rey, señor mío; tuyo soy yo y todo lo que tengo.

Y Acab dijo a Elías: ¿Me has encontrado, enemigo mío? Y él respondió: {Te} he encontrado, porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos del SEÑOR.

{Lo} vio Eliseo y clamó: Padre mío, padre mío, los carros de Israel y su gente de a caballo. Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos.

Entonces él {le} dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.

Pero sus siervos se le acercaron y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te hubiera dicho {que} hicieras {alguna} gran cosa, ¿no {la} hubieras hecho? ¡Cuánto más cuando te dice: ``Lávate, y quedarás limpio"!

Pero sucedió que cuando uno {de ellos} estaba derribando un tronco, el hierro {del hacha} se le cayó al agua; y gritó, y dijo: ¡Ah, señor mío, era prestado!

Y uno de sus siervos dijo: No, rey señor mío, sino que Eliseo, el profeta que está en Israel, le dice al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu alcoba.

Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?

Cuando el rey de Israel los vio, dijo a Eliseo: ¿Los mato, padre mío? ¿Los mato?

Pasando el rey de Israel por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: ¡Ayúda{me,} oh rey señor mío!

Y sucedió que mientras él contaba al rey cómo había devuelto la vida a un muerto, he aquí, la mujer a cuyo hijo había devuelto la vida, imploró al rey por su casa y por su campo. Y Giezi dijo: Oh rey señor mío, ésta es la mujer y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida.

Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Jeoás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!

Porque tú, Dios mío, has revelado a tu siervo que le edificarás una casa; por tanto tu siervo ha hallado {ánimo} para orar delante de ti.

Pero Joab dijo: Añada el SEÑOR a su pueblo cien veces más de lo que son. Mas, oh rey, señor mío, ¿no son todos ellos siervos de mi señor? ¿Por qué procura esto mi señor? ¿Por qué ha de ser él motivo de culpa para Israel?

Y David dijo a Dios: ¿No soy yo el que ordenó enumerar al pueblo? Ciertamente yo soy el que ha pecado y obrado muy perversamente, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh SEÑOR, Dios mío, te ruego que tu mano sea contra mí y contra la casa de mi padre, pero no contra tu pueblo, para que no haya plaga entre ellos.

Y dijo David a Salomón: Hijo mío, yo tenía el propósito de edificar una casa al nombre del SEÑOR mi Dios.

Ahora pues, hijo mío, el SEÑOR sea contigo para que prosperes y edifiques la casa del SEÑOR tu Dios tal como El ha hablado de ti.

Entonces el rey David se puso en pie y dijo: Escuchadme, hermanos míos y pueblo mío; {había} pensado edificar una casa permanente para el arca del pacto del SEÑOR y para estrado de nuestro Dios. Así había hecho arreglos para edificar{la.}

Y El me dijo: ``Tu hijo Salomón es quien edificará mi casa y mis atrios; porque lo he escogido por hijo mío, y yo le seré por padre.

Sabiendo yo, Dios mío, que tú pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas {cosas} en la integridad de mi corazón; y ahora he visto con alegría a tu pueblo, que está aquí, hacer {sus} ofrendas a ti voluntariamente.

No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace delante de ti.

Ahora, oh Dios mío, te ruego que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración {elevada} en este lugar.

y dije: Dios mío, estoy avergonzado y confuso para {poder} levantar mi rostro a ti, mi Dios, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de {nuestras} cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos.

Acuérdate de mí, Dios mío, para bien, {conforme a} todo lo que he hecho por este pueblo.

Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat conforme a estas obras suyas, también de la profetisa Noadías y de los demás profetas que estaban atemorizándome.

Acuérdate de mí por esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa de mi Dios y por sus servicios.

Y ordené a los levitas que se purificaran y que vinieran a guardar las puertas para santificar el día de reposo. {Por} esto también acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de tu misericordia.

Acuérdate de ellos, Dios mío, porque han profanado el sacerdocio y el pacto del sacerdocio y de los levitas.

e {hice arreglos} para la provisión de leña en los tiempos señalados y para las primicias. ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!

cuando el Todopoderoso estaba aún conmigo, {y} mis hijos en derredor mío;

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